Lapido: «El secreto a la hora de hacer un disco es desechar mucho»
Acaba de publicar su séptimo álbum en solitario, 'Formas de matar el tiempo'
MADRIDActualizado:Acaba de publicar su nuevo trabajo, 'Formas de matar el tiempo', y en mayo iniciará una gira de presentación que le llevará a recorrer ocho ciudades españolas. Fiel al rock más tradicional y a unas letras llenas de brillante, la propuesta del ex 091 José Ignacio Lapido (Granada, 1962) sigue siendo paso obligado para los amantes de la buena música.
-Siete discos en solitario ya en el mercado, ¿pesan?
-Pesan en el sentido de que uno cree, modestamente, que ha hecho una obra que a tener en cuenta y que lo nuevo que presentas cada vez tiene que estar como mínimo a la altura de lo anterior. Es una responsabilidad pero quizá más contigo mismo, como autor y como creador pues siempre piensas en dar un paso más y que lo nuevo no desmerezca de lo anterior. Eso debe formar parte de tu propia ética como autor, mejorar con cada disco.
-Y cada vez será más difícil contar nuevas cosas, ¿no?
-Qué duda cabe que cuantas más canciones tienes, más complicada es la cosa. La repetición es una amenaza que pende siempre encima de ti. Y en ese aspecto hacer una nueva colección de canciones y no tocar los temas que has tocado ya antes me genera cierta agonía que luego se transforma en una sensación placentera porque con trabajo, esfuerzo y dedicación eso sale porque siempre hay cosas que contar y formas nuevas de contar cosas que ya has contado.
-¿Cómo ha sido el proceso compositivo de 'Formas de matar el tiempo'?
-Ha sido muy similar a los de anteriores discos. Yo no voy con una idea preconcebida de este disco debe tratar de esto, sino que mis discos recogen la cosecha compositiva del tiempo. Un poco como el vino, que vas tomando las mejores uvas de cada cepa y haces el vino adecuado de ese año. El secreto es desechar mucho de lo que haces y escoger las mejores.
-Más que de evolución, ¿se puede hablar de perfeccionamiento?
-Yo no soy el tipo de artista que en cada disco nuevo intenta hacer borrón y cuenta nueva. No porque pienso que mi estilo ha ido creciendo con el tiempo, ha ido formándose y creo que hasta cierto tiempo es identificable y sería absurdo por mi parte hacer una falsa renovación porque no sería honesto conmigo mismo. Mis influencias son muy claras y vienen de una tradición larga que nacen con el blues de antes de la II Guerra Mundial y siguen con el rock & roll de los 50 y el rock de los 60 y yo me muevo por esos parámetros estilísticos. Eso no quiere decir que uno no intente añadir algo de personalidad a esa tradición pero no creo que haya ningún gran autor que no reconozca que su música y su arte vienen de algo anterior. Siempre sospecho de alguien que dice 'lo mío es totalmente nuevo'.
-En muchos de tus temas hablas de la realidad y el sueño, quizá también de evadirse. ¿De qué quiere escapar José Ignacio Lapido y a dónde quiere llegar?
-Uno intenta sobre todo escapar de sí mismo. Uno tiene sus propias contradicciones mentales y a veces son las que le empujan a querer escapar de ellas. Quizá sea más un movimiento mental que un movimiento físico. Y en ese caso la realidad es la que es y la que nos rodea y la que estamos viviendo y casi siempre sufriendo día a día pero el concepto onírico también forma parte del ser humano y creo que el sueño y la parte surreal de la existencia es muy importante a la hora de afrontar esa realidad.
-¿Es la subida del IVA la puntilla a la industria musical?
-Lleva de capa caída varios años. Cada año se baja un poquito más, y en ese aspecto que se le añada una dificultad más ha sido cavar unas pocas paladas más de la propia tumba. Está claro que siempre va a existir, no va a haber Gobierno que acabe con la música pero la música por sí sola no existe tiene que tener un respaldo industrial para darla a conocer. Va a ser difícil salir de ahí.
-Fuiste de los primeros músicos en autogestionar su obra, ¿sabías ya que esto iba a suceder? ¿Por qué optaste por ello?
-No soy ningún visionario. Empecé a autoeditar mis discos por la sencilla razón de que la compañía que lo hacía hasta entonces cerró. No encontré a nadie interesado y cree Pentatonia Records. Es un trabajo añadido pero cuando no hay más remedio pues lo haces con gusto e intentas 'vengarte' de todas las jugarretas que te han hecho las compañías discográficas. Ahora el único culpable de que las cosas salgan o no bien soy yo.