Misión a todas horas
España tiene 184 cónsules repartidos por el mundo. Xavier Martí, cónsul adjunto en Lima, es, a sus 32 años, uno de los más jóvenes
MADRID Actualizado: GuardarNo le dio el arrebato de abrazar la profesión al ver mantenerse firme en su puesto a sir Arthur Robinson (aquel flemático embajador británico cuyo papel bordó David Niven en '55 días en Pekín') ante la carga de seis mil bóxers. Tampoco su linaje, lejos de esos ilustres apellidos compuestos que figuran en las tarjetas de muchos embajadores, hacía pensar en que Xavier Martí consagraría su vida a las misiones diplomáticas. Con solo 32 años, Xavier es uno de nuestros cónsules (adjunto, eso sí) más jóvenes, entre los 184 que España tiene repartidos por todo el mundo.
Xavier Martí (Ulldecona, Tarragona, 1980), hijo de un funcionario de Correos y de una ama de casa, es cónsul adjunto en Lima (Perú), su primer destino en el extranjero. Ahí lleva tres años. Antes se fogueó en la Unidad de Emergencia Consular y en la Subdirección General de Asuntos de Extranjería, en Madrid. Xavier es diplomático de carrera por pura vocación. Es como si lo llevara en la sangre, pese a que carece de antecedentes familiares (tiene un hermano menor, licenciado en Educación Física). Tampoco recuerda que sintiera la necesidad imperiosa de hacer el petate conmovido por el desenlace de una novela o la última escena de una película. Ese click que a unos les lleva a la medicina, la docencia o el sacerdocio no existe en su corta biografía. "Yo siempre quise trabajar en el extranjero, conocer sitios, servir a los ciudadanos y a mi país, ayudar a resolver problemas, a tratar con la gente y a ser posible en algo relacionado con el derecho y la política, que es lo que me gusta. Y encontré que la profesión que mejor recogía estas inquietudes era la de diplomático".
Así que Xavier se licenció en Ciencias Políticas y de la Administración, en la Universidad Autónoma de Barcelona (1998-2002), cursó un postgrado en Relaciones Internacionales y se preparó a conciencia para encarar unas durísimas oposiciones con un amplio temario de derecho y economía y su buena dosis de política e historia. El plus de los idiomas lo llevaba de casa. En su caso, inglés y francés, además de castellano y catalán. Sacó las oposiciones con 25 años. El segundo más joven de su promoción.
A diez mil kilómetros
El primer destino de Xavier en el extranjero no fue precisamente al lado de casa: la suya está ahora en Lima, a diez mil kilómetros de su querido Ulldecona. Él relativiza esa brecha. "Trabajo para la Administración española, andas todo el día con asuntos relacionados con España, es difícil que te sientas alejado. Convives también con otros españoles, todo eso hace que no notes tanto la distancia. Hombre, hay veces que piensas que estás a doce horas en avión de casa y entonces sí percibes la lejanía, pero todo esto que estoy viviendo ahora forma parte de la vida que he elegido. Es lo que siempre he querido hacer".
Xavier no había estado antes en Perú. Un país fascinante por su selva (que ocupa el 60% de su superficie), sus fértiles paisajes, su Machu Picchu, sus cascadas de aguas cristalinas y los colores y sabores de esa gastronomía, ese ceviche que Gastón Acurio ha lanzado al mundo. En Lima viven casi 9 millones de almas, prácticamente uno de cada tres peruanos. El joven cónsul está asistiendo en directo al momento más dulce de una nación que crece al 6% anual, casi como China, y que atraviesa una situación económica boyante.
Unos 22.600 españoles residen en Perú (por 140.000 peruanos en España) y la cifra no deja de incrementarse ante el desembarco de empresas que encuentran allí las oportunidades de negocio que les faltan aquí. Solo en el último año han llegado 2.700 compatriotas atraídos por el dinamismo económico, las ofertas laborales y, por supuesto, la lengua, la principal ventaja frente a otros mercados.
Los peruanos nos aprecian, y valoran el trabajo de nuestras compañías. La marca España es conocida y reconocida ,y en esa dirección empujan desde el consulado. "Tenemos buena imagen, somos el primer país inversor, el comercio bilateral ha crecido el 12%, España es el segundo país desde el que se envían más remesas y somos el primer país de Europa por número de turistas, más de cien mil".
Bien pagado
En el Consulado General de Lima trabajan unas 30 personas y aunque tiene su horario de oficina, Xavier recuerda que se es cónsul todo el día, las 24 horas. "A veces te llaman de madrugada por una emergencia, un accidente de tráfico… y hay que estar ahí".
Xavier está soltero y eso siempre facilita las cosas a la hora de salir de casa a horas intempestivas, y desplazarse a cualquier punto del país (la extensión de Perú es más de dos veces la de España) para atender cualquier urgencia. Imposible olvidar, por ejemplo, cuando recién llegado al consulado, con 29 años, se encargó de gestionar el rescate de un joven alpinista desaparecido en la Cordillera Blanca, al norte de Lima. "Fueron dos semanas de intensa búsqueda, de angustia… La familia se desplazó desde España. Al final encontramos el cadáver. A pesar de la terrible noticia, del trauma de perder a un ser querido, cuando nos despedimos, me dijeron que había sido un ángel para ellos. En ese momento no sabes cómo reaccionar, te emocionas, te invade la tristeza, pero son palabras muy gratificantes porque te quedas con la tranquilidad de que has hecho todo lo posible. Aunque a veces te tocan tragos muy amargos, me encanta mi trabajo como diplomático".
-Y ¿está bien pagado?
-Sí, está bien pagado.
En la nómina de los diplomáticos hay pluses por lejanía, por peligrosidad, por la carestía de la vida, e incluso por los problemas de salubridad o de abastecimiento de alimentos que pueda padecer el país. Pero digamos que nuestros cónsules, aunque sean tan jóvenes como Martí, no son mileuristas, ni siquiera dosmileuristas… tampoco tresmileuristas.
Xavier está feliz de su estancia en Perú, pero el año que viene cumple el plazo máximo que el Ministerio de Asuntos Exteriores otorga a los cónsules adjuntos para asegurarse así su movilidad en otras misiones diplomáticas. ¿Su próximo destino? Lo ignora. "Veremos cuando salga la lista de vacantes; estoy abierto a todo". Una pista. Está cursando un máster sobre Asia Oriental (China, las dos Coreas, Japón y Mongolia) a través de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Vaya donde vaya, Xavier seguirá cultivando sus aficiones: viajar todo lo que pueda (con 32 años conoce cerca de medio centenar de países, el último Chile, a donde fue a hacer trekking), seguir la última hora del Barça, leer (ahora anda con 'Cuerpos Secretos', del peruano Alonso Cueto) y prepararse para correr su primer maratón… tal vez el de Boston 2014, esa ciudad donde hubo una vez un cónsul que no lo fue las 24 horas del día.