El BCE baja los tipos a un histórico 0,5% para ayudar a España y el sur de Europa
Reacciona ante las demandas de los gobiernos y recorta un cuarto de punto el precio del dinero para alentar la ansiada recuperación
BRUSELAS. Actualizado: GuardarEl BCE ha reaccionado, aunque quizá «·demasiado poco» y «demasiado tarde» -como le reprochan sus críticos- para intentar alentar la recuperación en los socios del sur de Europa, como España. Tras meses de presiones y peticiones de auxilio, rebajó ayer los tipos de interés hasta situarlos en el mínimo histórico del 0,5%. La medida recorta en un cuarto de punto el precio del dinero y llega 10 meses después de la anterior bajada.
Los jefes de los 17 bancos centrales de la divisa única se reunieron en Bratislava dentro de las citas periódicas que se realizan en los distintos países miembros. Una regla no escrita sostiene que la cúpula del BCE no toma grandes decisiones cuando se encuentra fuera de su sede de Fráncfort, pero este jueves fue una excepción. La entidad atendió así (con la rebaja) las exigencias de numerosos gobiernos, especialmente los del sur de Europa. España había pedido explícitamente una mayor implicación de la entidad, aunque Francia e Italia también suspiraban por medidas más agresivas para espolear el crecimiento.
El presidente del banco central justificó el recorte de un cuarto punto por la «débil situación económica». La zona euro permanece en recesión desde el año pasado y el paro ya ha superado la barrera del 12%, una cifra que resulta mucho más dramática en varios países de la ribera mediterránea (en España se ha disparado hasta el 27,1%). También incidió en que la inflación, su gran objetivo, está bajo control. Según las estimaciones de abril, el IPC cayó con fuerza hasta situarse en el 1,2%, ocho décimas por debajo del límite marcado por el banco central para levantar el pie con la política monetaria. «La rebaja en los tipos de interés debería contribuir a sostener la recuperación», resumió.
Sin unanimidad
El BCE confía en que la economía se estabilice en los próximos meses y el Producto Interior Bruto (PIB) empiece a crecer «gradualmente» en la segunda mitad del año. Su tesis es que la bajada de tipos tirará de la demanda interna en la zona euro, mientras que las exportaciones se beneficiarán de la recuperación prevista a escala mundial. En su esfuerzo por respaldar la reactivación de la actividad, Draghi anunció que extenderán hasta 2014 la 'barra libre' de liquidez a la banca. Pese a la aprobación de estas medidas, el responsable transalpino admitió que no se adoptaron por unanimidad -unos consejeros abogaban por un recorte mayor, mientras alguno dudaba incluso en subirlos-. Y es que la canciller alemana Angela Merkel indicó la semana pasada que su país necesita un dinero más caro para prevenir recalentamientos.
España confiaba en la bajada de tipos, aunque en las últimas semanas había reclamado con mayor énfasis medidas concretas para acabar con la sequía en el crédito. En este sentido, el Gobierno se ha quejado en numerosas ocasiones de la «fragmentación» de la zona euro. Este problema implica que una pequeña o mediana empresa (pyme) española se ve obligada a pagar intereses mucho más elevados que una competidora alemana. Draghi reconoció las divergencias dentro del bloque y las extrapoló a las compañías de mayor tamaño. A modo de ejemplo, explicó que un mismo banco paga hasta 200 puntos menos al emitir su deuda si lo hace en Múnich en lugar de en Milán.
Draghi remarcó al respecto que llevará tiempo volver a la normalidad en materia de financiación. «No es una cuestión de un día», apostilló en referencia al profundo daño causado por el largo periodo de turbulencias en la zona euro. En cualquier caso, adelantó que estudian medidas conjuntas con los respectivos gobiernos nacionales para garantizar la llegada del crédito a las pymes. Algunos analistas sostienen que España y el resto de socios del sur apenas notarán la bajada de tipos, dado que los bancos mantienen el grifo completamente cerrado.
Contención impositiva
Aunque la falta de acciones precisas para ayudar a las pymes enfrió la reacción de las bolsas europeas, hubo otro elemento que borró cualquier rastro de euforia. Draghi aseveró que estudian con la «mente abierta» la posibilidad de cobrar a los bancos por aparcar su dinero en la entidad. Actualmente, la tarifa es del 0% después de que se recortara un cuarto de punto en julio de 2012.
El BCE dejó de remunerar estos depósitos para forzar a las entidades a prestar más, aunque ahora sopesa un salto de auténtica envergadura. En Europa, solo Dinamarca tiene en vigor una medida similar y se teme que pueda interpretarse como un impuesto que genere justo el efecto contrario. El responsable italiano reconoció en este sentido las «consecuencias negativas» derivadas de ello, aunque subrayó que están «técnicamente preparados» para poner en marcha la medida.
También se refirió al binomio austeridad-crecimiento que domina el debate en Europa desde hace meses. Con Bruselas flexibilizando objetivos de déficit de España y Francia, el jefe del banco central insistió en que lo importante es que los gobiernos no «deshagan» el trabajo realizado hasta ahora. A su juicio, resulta vital que los países con mayores desfases cuenten con una estrategia «creíble» a medio plazo y se vuelquen con las reformas estructurales.
En cuanto a los ajustes, volvió a censurar a los mandatarios que, agobiados por la situación de «emergencia» actual, optan por «el camino fácil» de la subida de impuestos pese a que lastran el crecimiento a corto plazo. Su receta es que los recortes deben concentrarse esencialmente en el gasto público.