El museo Van Gogh muestra al artísta más metódico
ÁMSTERDAM. Actualizado: GuardarTocar, entender y hasta examinar con un microscopio las obras maestras de Vincent van Gogh. El museo de Ámsterdam consagrado al pintor holandés reabrió ayer sus puertas tras una profunda remodelación con una imaginativa propuesta. Los visitantes ya pueden sumergirse en el taller del artista y descubrir cómo desarrolló progresivamente su técnica desde sus toscos primeros dibujos. Aunque su imagen de genio desequilibrado le acompañará siempre, la exhibición reivindica su trabajo rutinario y metódico como el gran trampolín que le permitió encontrar su aplaudido estilo. Para demostrar esta tesis, la muestra incluye manuales de arte que el autor copió incansablemente para aumentar su destreza.
Tras siete meses de reforma, el Museo Van Gogh levantó el telón con largas colas y mucha expectación. Y eso que ayer era una jornada laborable en Holanda. A diferencia de lo que sucede en buena parte de Europa, Países Bajos no descansa el Primero de Mayo por la cercanía de otras festividades
La pinacoteca, sin embargo, supo atraer al público no solo con el gancho de su reapertura. La nueva distribución de las 200 obras del genial pintor y varios de sus contemporáneos se ha reforzado con préstamos de gran tirón. Hasta el próximo septiembre, los visitantes pueden disfrutar de 'Los girasoles', una de las pinturas cumbre del artista procedente de la National Gallery de Londres.
Una vez que la capital británica recupere la luminosidad del genio holandés, será el turno de otro de sus clásicos. El museo de Ámsterdam redoblará su oferta con 'El dormitorio en Arlés', que actualmente se expone en el Art Institute de Chicago. Pese a la fuerza individual de estas obras, la pinacoteca busca ganarse al visitante con una extensa muestra divida en cuatro plantas.
Organizada en orden cronológico desde el nacimiento del autor en 1853 hasta su suicidio en 1890, la exposición desgrana sus primeros pasos después de que aparcara sus planes para ser predicador. En esta sección, pueden verse algunos dibujos que ponen de manifiesto sus dificultades con la técnica de la perspectiva y los manuales que utilizó para aprender.
La muestra incide en la gran capacidad de trabajo del maestro holandés y en su meticulosa planificación de los lienzos. Un insólito ejemplo de este tesón es un pequeño cofre con ovillos de lana que puede contemplarse junto a una de sus obras. Van Gogh mezclaba continuamente hebras de distintos colores para ver cómo combinaban antes de trasladarlos a sus pinturas.
El museo también ha recuperado un caballete original y bucea en los distintos materiales empleados. Así, se descubre que el artista llegó a pintar los dos reversos de un cuadro cuando las estrecheces económicas apretaban y carecía de dinero para nuevas compras. En varios de estos casos, se utilizó a sí mismo como modelo o delineó las primeras versiones de algunos de sus lienzos más reconocidos.