El primer ministro sirio sobrevive a un atentado en Damasco
El coche bomba se cobró la vida de ocho personas al estallar al paso del convoy en el que viajaba el jefe de Gobierno por el céntrico barrio de Mezze
Actualizado:Al menos ocho personas perdieron la vida y diez resultaron heridas, según medios sirios, en el atentado contra el primer ministro, Wael al-Halki. El convoy del jefe de Gobierno viajaba por el barrio damasceno de Mezze a primera hora de la mañana cuando sufrió un ataque del que salió ileso, según informaron medios locales. Los canales oficiales mostraron imágenes del lugar de la explosión, a las puertas del Ministerio de Información y a pocos metros de la Embajada de España, en las que se podían ver varios coches y un autobús calcinados.
«Estos ataques terroristas son la prueba de la quiebra y la frustración de los grupos armados y de las potencias que los apoyan a causa de las victorias del Ejército sirio, que está acabando con los restos de los terroristas y trabajando para restaurar la seguridad y la estabilidad en la patria», señaló el primer ministro en un comunicado por la agencia Sana. Pocas horas después del ataque, las televisiones del régimen emitieron instantáneas de Al-Halki en una reunión del comité económico del Consejo de Ministros.
Ningún grupo se ha atribuido de momento la autoría del atentado que, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, se realizó con un coche bomba. Las miradas de las autoridades se dirigen al Frente Al-Nusra, que a comienzos de mes juró fidelidad a Al-Qaida y hasta el momento ha sido el único capaz de llevar a cabo este tipo de ataques en el centro de la capital. Los barrios céntricos de Damasco forman una especie de anillo en torno al palacio de Bashar el-Asad, el lugar mejor protegido del país y en el que la oposición armada hasta el momento ha sido capaz de golpear a base de coches bomba y morteros.
Al-Halki era ministro de Salud hasta que El-Asad le eligió en agosto para sustituir a Riad Hyjab, su antecesor en el cargo que presentó su renuncia para pasarse a las filas de la oposición, la deserción de mayor rango registrada en los últimos dos años. Un mes antes, el atentado contra la cúpula de las fuerzas de seguridad se cobró la vida del titular de Defensa, Dawoud Rajha, y mató también al cuñado del presidente y 'número dos' oficioso del régimen, comandante Assef Shawkat y al general Hassan Turkmani, exresponsable de Defensa y antiguo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. En diciembre, otro ataque dejó herido al ministro de Interior, Mohamed al-Shaar, quien tras ser atendido en un hospital de Líbano volvió al país antes de finales de año.
Dudas sobre armas químicas
El ataque contra el jefe de Gobierno eclipsó durante unas horas la polémica sobre el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen. De momento no hay pruebas concluyentes y desde Francia, uno de los países que más firmemente apoya a los opositores, el ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, insistió en la emisora 'Europe 1' en que «no tenemos certidumbres, hay indicios dados por los británicos y los estadounidenses y estamos tratando de verificarlo porque esto cambiaría muchas cosas».
Mientra, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, volvió a pedir ayer a El-Asad que permita la entrada al grupo de expertos internacionales que deben investigar la presunta utilización de armas químicas. Ban explicó que la comisión está lista para viajar en 24-48 horas, y que incluso un pequeño equipo de avanzada está preparado en el cercano Chipre.