Guillermo-Alejandro y Máxima, nuevos reyes de Holanda
La reina Beatriz, de 75 años, rubrica su abdicación y abre paso a una larga jornada de actos en una abarrotada Ámsterdam
ENVIADO ESPECIAL ÁMSTERDAMActualizado:Guillermo-Alejandro de Orange y Máxima Zorreguieta ya son los nuevos reyes de Holanda. El monarca ha ascendido al trono después de que su madre, la reina Beatriz, haya rubricado los documentos que oficializan su abdicación. Los primeros actos de la sucesión han tenido lugar en el Palacio real, ubicado en un abarrotado centro de Ámsterdam. Miles de personas han aclamado tanto a la exsoberana, que a partir de ahora recibirá el tratamiento de princesa, como al flamante rey y su esposa, en emotiva ceremonia en la que los tres protagonistas dejaron ver su cercanía con miradas y sonrisas cómplices. Países Bajos vuelve a tener un jefe de Estado varón por primera vez en 120 años.
"Juro que defenderé y guardaré siempre, con todas mis fuerzas, la independencia y la integridad del territorio del reino", ha dicho el nuevo rey de Holanda ante el Parlamento, el resto de las autoridades del país y los dignatarios extranjeros. El monarca más joven de Europa ha asegurado que "la democracia se basa en la confianza de los ciudadanos en el Estado y viceversa... La monarquía no es estática, es también un símbolo de continuidad".
La intensa jornada de la coronación de los nuevos reyes de Holanda ha terminado con un paseo fluvial por el río Ij y escuchando la llamada 'canción del rey', con la que se ha querido que todos los neerlandeses canten en este día histórico. La música de la ópera satírica 'L'amour des trois oranges', con música y libreto en ruso de Sergei Prokofiev, dio la bienvenida a los ,pmarcas , que llegaron junto a sus tres hijas, a uno de los muelles del río para realizar ese paseo fluvial, que puso el cierre a sus actividades. Los reyes de Holanda y sus hijas a bordo de una barcaza con cubierta recorrieron el río, desde la que vieron las distintas representaciones artísticas interpretadas por artistas locales, desde danza clásica al 'Bolero' de Ravel.
Las celebraciones asociadas a la coronación han arrancado a las 10.00 de la mañana en el Palacio real. Allí, la exsoberana ha cumplido con los trámites legales de su abdicación. Para ello, ha firmado las actas necesarias junto a una veintena de autoridades sentadas alrededor de una amplia mesa. Tras rubricar los mismos documentos, Guillermo y Máxima han pasado a convertirse en los nuevos reyes y su hija mayor, la pequeña Catalina-Amalia de nueve años, en la heredera al trono. Las miles de personas congregadas frente al palacio, situado en la plaza Dam, han jaleado todo el acto mientras seguían su desarrollo a través de las pantallas de televisión.
Aunque durante la abdicación se han visto continuos gestos de cariño en el seno de la familia real, los gestos más emotivos se han vivido cuando han salido al balcón del palacio a saludar. Guillermo, Máxima y Beatriz, que apenas ha podido contener las lágrimas, han aparecido con las manos entrelazadas y se han dirigido brevemente a los holandeses. “Les presento a su nuevo rey: Guillermo-Alejandro”, ha proclamado la exsoberana, de 75 años. Su hijo, de 46, le ha felicitado por su colosal trabajo durante las más de tres décadas que ha durado su reinado. “Querida madre, hoy he tomado el relevo del trono y te estoy agradecido, inmensamente agradecido”, ha remarcado. Instantes después, Beatriz abandonaba el balcón para dejar paso a las tres hijas del matrimonio.
Después, la comitiva real y sus 2.400 invitados se han trasladado a la Nieuwe Kerk o Iglesia Nueva, un templo neogótico de más de 600 años y en donde se escenifican los actos más importantes de la vida de la familia real holandesa. Allí Guillermo-Alejandro, que ha portado sobre el frac el manto de investidura, una prenda que todos los monarcas holandeses han vestido desde 1815 y sin ceñirse la corona, ha sido investido rey de los Países Bajos por el Parlamento, 150 diputados y 75 senadores, que con la excepción de 16, han prometido de nuevo la Constitución.
Frente a los tronos se situaron las insignias reales (el cetro, el globo imperial, la espada real y el estandarte), confeccionadas por orfebres holandeses en 1840 y símbolo del poder y la dignidad del rey. A la solemne ceremonia, que duró algo más de una hora, asistieron también los miembros del consejo de ministros, el Consejo de Estado y los gobernadores y primeros ministros de Aruba, Curaçao y Sint Maarten, que también juraron o prometieron su fidelidad a la Constitución.
En lugar preferente y frente a Guillermo-Alejandro y Máxima se ha situado a la princesa heredera, Catalina-Amalia, de 9 años, sentada junto a su abuela la princesa Beatriz, y sus hermanas pequeñas. Las niñas, vestidas de azul klein al igual que su madre, la reina Máxima y también Beatriz de Orange, intercambiaron miradas y sonrisas con sus padres y abuela. Durante su discurso, el monarca ha asegurado que protegerá "la libertad y los derechos de todos los holandeses y todos los residentes en los Países Bajos", y que dedicará "todos los medios que las leyes pongan a mi alcance para el mantenimiento y el fomento de la prosperidad, tal y como debe hacer un buen rey".
Máxima, emocionada
En el exterior de la Nieuwe Kerk, los miles de holandeses congregados han guardado silencio mientras su nuevo Jefe del Estado aseguraba que "el hecho de que el rey no tenga responsabilidades políticas, no significa que no tenga responsabilidades". "Mi madre ha sido monarca, esposa, madre e hija, y no ha fallado en ninguna de sus responsabilidades", ha afirmado el rey holandés, que buscó la mirada cómplice de la ya princesa Beatriz al señalar que "ella no ha buscado la popularidad fugaz, sino los valores permanentes".
De la ya princesa de los Países Bajos, su rey ha dicho que "su sabiduría y calidez me acompañarán siempre". La atenta mirada de la reina Máxima, en ocasiones visiblemente emocionada, ha seguido en todo momento las palabras de su esposo. Máxima Zorreguieta, nacida en Buenos Aires y primera argentina en ser reina consorte en un país europeo, ha llevado un vestido largo de encaje, bordado en el cuerpo y en la falda, y con una capa de hombros cuadrados azul añil. Entró en la Nieuwe Kerk al mismo paso que su esposo, con lo que despejó la duda suscitada entre algunos medios de comunicación del país sobre si se quedaría unos pasos atrás.
Un coro infantil
La esposa del rey holandés ha lucido una tiara de diamantes, perlas y zafiros, con pendientes y broche a juego, así como la medalla y banda de la Orden del León Holandés, creada en 1815 y la orden civil más antigua de los Países Bajos. La música de la investidura ha corrido a cargo de la Sinfonietta de Ámsterdam, el conjunto de instrumentos de viento Nederlands Blazers Ensemble y el Coro de Cámara Holandés, en representación de la cultura holandesa. También han actuado el coro infantil Nieuw Amsterdams Kinderkoor y el organista fijo de la Iglesia Nueva, Bernard Winsemius.
El séquito real se ha dirigido después al palacio de Ámsterdam, donde los nuevos reyes de los Países Bajos han ofrecido una recepción a sus invitados de 18 casas reinantes del mundo, así como a autoridades nacionales, al cuerpo diplomático y otros dignatarios invitados. Tras ser investido rey Guillermo-Alejandro, los holandeses que contemplaban la ceremonia en el exterior a través de pantallas gigantes, gritaron vivas a los nuevos reyes