Miguel Carcaño vuelve al juzgado esposado y custodiado por dos agentes. :: EFE
ANDALUCÍA

Carcaño ratifica ante el juez que fue su hermano quien mató a Marta

El fiscal no le otorga credibilidad alguna, pero Javier Delgado será citado a declarar en los próximos días como imputado

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Miguel Carcaño vuelve a los focos. Cabizbajo como otras veces y con el pelo largo, este joven de cuerpo menudo, ahora de 24 años, sigue manteniendo en jaque a la policía y a la justicia de Sevilla. Carcaño era considerado el asesino confeso de Marta del Castillo. Así lo mantuvo desde casi el principio de la investigación. Cumple por ello condena de 21 años y tres meses de cárcel. Ahora, cuatro años después confiesa que no fue él sino su hermano mayor, Francisco Javier Delgado, quien asesinó a la chica la noche del 24 de enero de 2009. Carcaño ratificó ayer «punto por punto» ante el juez Francisco de Asís Molina esta versión firmada ante a la policía el pasado febrero. El resultado de su declaración es que el juez citará en los próximos días como imputado a Delgado, quien fue absuelto en el juicio como colaborador.

Carcaño sostuvo que fue su hermano quien mató a Marta de varios golpes con la culata de su pistola cuando la chica se interpuso para que Delgado dejara de pegarle. El hermano reñía enfurecido a Carcaño porque este se había gastado parte del dinero de una cartilla destinado al pago de la hipoteca del piso en la calle León XIII, donde ocurrió el crimen. Justificó ante el juez sus mentiras anteriores y el hecho de que se autoinculpara del crimen por miedo a su hermano.

Este relato podría dar un vuelco a un caso que se ha hecho famoso porque nunca apareció el cadáver de la chica. Sin embargo, las nuevas pesquisas de la policía en el lugar señalado por Carcaño donde fue enterrada, una finca en la carretera de Sevilla a La Rinconada, tampoco han dado resultados. El cuerpo de Marta o lo que quede de sus restos sigue sin aparecer. La Fiscalía le otorga «ninguna credibilidad» a esta versión porque Carcaño ya ha mentido en otras ocasiones y sigue sin hallarse el cuerpo. El fiscal Luis Martín Robledo ni se molestó en preguntar a Carcaño durante el interrogatorio de una hora y 45 minutos ante el juez en la tarde de ayer.

A raíz de la versión dada a la policía, Carcaño fue citado por el juez Molina en calidad de testigo. Llegó a los juzgados de Sevilla procedente de la cárcel de Morón en medio de una gran expectación y un gran despliegue policial. Recibió al entrar y salir de los juzgados insultos de una decena de personas apostadas tras las vallas y entre los numerosos periodistas y cámaras. Al interrogatorio asistieron los letrados de Delgado y de la familia de Marta, José Manuel Carrión y José María Calero, respectivamente. Carrión declaró a la salida que las explicaciones «no son nada satisfactorias». «No son creíbles», enfatizó. Calero tampoco se mostró entusiasmado, pese a que la familia de Marta ha manifestado su credibilidad en los hechos ahora relatados. «No le veo la mirada clara», manifestó.

Carcaño abundó en «vaguedades» ante las preguntas insistentes del juez y de los abogados sobre el lugar donde hicieron desaparecer el cadáver. Carcaño cuenta que vio como su hermano arrastró a Marta a su cuarto y allí le golpeó hasta que esta cayó al suelo muerta. Llevó a su hermano en su moto pare recoger el coche de su excuñada y en el mismo trasladaron el cadáver a una zanja próxima a la carretera de Sevilla a La Rinconada, donde la taparon con escombros. Al día siguiente volvieron y arrojaron cal al lugar para hacer desaparecer toda huella.

En sus seis versiones anteriores, Carcaño declaró que arrojó a Marta-con ayuda de sus amigos Samuel Benítez y El Cuco- al río Guadalquivir y después dijo que a un contenedor. La policía rastreó y buceó el río, trilló el vertedero de Alcalá de Guadaíra y también buscó a Marta en una zanja de Camas cercana a la casa de la exnovia de Carcaño. Esfuerzos vanos. Ni rastro. A raíz de esta otra versión -en la que exculpa a Benítez y el Cuco-, la policía ha rastreado con georradares varias fincas de La Rinconada. También sin resultado. Carcaño aduce que era de noche y que no recuerda bien el lugar exacto porque ya han pasado cuatro años. Asegura que ha confesado ahora porque no puede vivir más con la culpa de ver el sufrimiento de la familia de Marta, que desea cerrar este capítulo trágico de sus vidas. Incluso escribió una carta a su hermano Javier para instarle a que dijera dónde está Marta.

Sin la aparición del cadáver, Carcaño tendrá difícil sostener su última historia. La policía no declina la búsqueda de Marta.