La batalla sin librar más anunciada, la de la estacionalidad
Los pequeños alojamientos locales luchan contra las agresivas ofertas de las grandes cadenas
CÁDIZ.Actualizado:No hay consejero que se precie que no hable de la estacionalidad turística, de la lacra que supone para el desarrollo del sector. Y una vez reconocido este mal común en toda Andalucía, cada consejero propone un plan para combatirla. Pero esta sigue siendo una batalla sin librar. Hace un par de días el consejero de Turismo y Comercio, Rafael Rodríguez (IU), anunció desde Málaga que en breve «comenzarán las conversaciones con los profesionales para la elaboración de un plan contra la estacionalidad». Rodríguez se ha reunido ya con representantes de la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Fahat), con los que analizó la situación del sector y donde los empresarios hicieron llegar a la Junta sus demandas e impresiones. Rodríguez precisó que el plan contra la estacionalidad contará con medidas «concretas y específicas» para las temporadas de primavera y otoño, de manera que haya «un movimiento de visitantes y turistas». Ahora sólo falta que estas buenas intenciones se materialicen de alguna forma.
En el otro lado del sector hotelero, a menudo enfrentados a las grandes cadenas hoteleras, se encuentran los pequeños empresarios locales que luchan con ofertas creativas contra las rebajas agresivas de precios que sólo se pueden permitir los grandes grupos empresariales. Éste es el caso de La princesa y el guisante, un alojamiento con un encanto muy especial, ubicado en pleno centro de Conil que está plantando cara a la escasa demanda del turismo nacional, paralizado por la crisis. La directora del alojamiento, la conileña María Poblador Peces, asegura que sus reservas para este verano son mucho más elevadas que las de 2012 por estas fechas, a pesar de que el 95% de su clientela es nacional, muchos de ellos proceden de Madrid y del País Vasco. «Pero es muy posible que estos buenos datos se deban a que nos han hecho varios reportajes televisivos que se han remitido en varias ocasiones en dos o tres cadenas nacionales». Pero si no llega a ser porque su imagen tiene tanta fuerza que atrae el interés de medios de comunicación de diversa índole, Poblador está convencida de que le iría igual de mal que al resto de pequeños alojamientos de la población. «Estamos especialmente castigados por la entrada de otro alojamiento de la cadena Hipotels en la población. Esta cadena se puede permitir el lujo de rebajar sus precios hasta los 37 euros, con media pensión incluida, en temporada baja», argumenta la directora de La princesa y el guisante, quien añade que les consta que a los viajeros les apetece otro tipo de alojamiento pero con esta crisis, «¿quién se resiste a estos precios?». La tarifa media de este hotel con encanto ronda los 70 euros en temporada media y sobrepasa los cien euros en los meses de julio y agosto. «Aun así, hemos bajado mucho los precios en temporada baja y media a través de ofertas puntuales para poder permanecer abiertos, pero no ganamos nada», sentencia María Poblador.
Para su triunfo son muy importantes las ofertas ingeniosas de este hotel romántico, en las que también juega un papel muy especial el copropietario y hermano de la directora, Juan Poblador, un diseñador gráfico y publicista que ha conseguido recrear un mundo de ensueño en este rincón de Conil. Este cuidado de la imagen se notó incluso en el expositor de la provincia de Cádiz en la última edición de Fitur, donde el folleto de este alojamiento llamaba la atención.
La directora de otro pequeño hotel de Conil, Lola Caro, y presidenta de los hoteleros en el Patronato Municipal de Turismo, explica que no se atreve a decir si los turistas se reparten, se van a grandes alojamientos o simplemente llegan menos, «pero lo que es cierto es que para este verano, los pequeños alojamientos tenemos menos reservas, por la inseguridad laboral de los españoles y por las grandes ofertas de última hora». Caro apunta que durante este fin de semana han abierto los segundos hoteles de las cadenas Fuerte e Hipotels, «que se pueden permitir jugar con plantillas fijas discontinúas y con el agrupamiento de todos sus clientes en un solo alojamiento en temporada baja. Así pueden ofrecer mejores precios».