historias del holocausto

La última palabra del 'Schindler' español

MADRID Actualizado: Guardar
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El periodista y escritor Arcadi Espada (Barcelona, 1957) rescata en 'En nombre de Franco' (Espasa) la historia de Ángel Sanz Briz, un español que salvó la vida a cerca de cinco mil judíos en la Budapest ocupada durante la Segunda Guerra Mundial. Desde su puesto como secretario de la embajada franquista en Budapest y con la ayuda de sus compañeros de la delegación española evitó que miles de personas acabaran en los campos de exterminio nazis, lo que le valió el sobrenombre de 'El Ángel de Budapest'.

Tras cinco años de investigación tras los pasos de Sanz Briz, Espada narra en el libro la hazaña de este "franquista bueno" -como lo define el propio periodista- que salvó la vida de miles de judíos por orden del Caudillo, una estrategia con la que Franco quiso ganarse el favor de los Aliados ante una ofensiva nazi a la que veía a punto de perder la batalla. Y con ello rescata una historia largamente sepultada por el italiano Giorgio Perlasca, quien se atribuyó la operación de salvamento judío publicando una versión de los acontecimientos en la que la actitud de Sanz Briz quedaba en entredicho.

Su primer acercamiento al Holocausto fue a través de una novia judía que tuvo el escritor catalán Josep Pla y sobre la que publicó junto a otros autores un libro digital hace unos años. "Progresivamente me fui interesando por la historia de los diplomáticos españoles que salvaron judíos y rápidamente me centré en Sanz Briz. Primero porque era la operación humanitaria más potente y después porque su historia estaba llena de mentiras", explica.

Con las mentiras se refiere a la figura de Giorgio Perlasca, un comerciante italiano que luchó en la Guerra Civil española y que participó junto a Ángel Sanz Briz en la organización de salvamento de los judíos en Budapest. "Es una persona a la que tenemos que estar agradecidos porque salvó la vida de judíos pero que de alguna manera fue el impostor, el sustituto de Ángel Sanz Briz. Estuvo allí, pero se puso en los grandes acontecimientos apartando a los demás", denuncia Espada. Para ello aporta los resultatos de su investigación en archivos oficiales y privados, consultando cartas, documentos personales y entrevistas con testigos, materiales que incorpora en la bibliografía y en un interesante anexo que ofrece en el libro bajo el título 'Créditos de libre elección'.

Además de su empeño en desenmascarar al 'impostor Perlasca', Espada destaca que "Sanz Briz no actuó por cuenta propia, sino que actuó en nombre de Franco, junto a otros héroes de la operación que trabajaban en la embajada de España, pero siempre cumpliendo las órdenes del Gobierno de Franco". No teme críticas por su interés en mostrar las 'bondades' del régimen del Caudillo. "Para mí Franco es como Aníbal, una figura con la que procedo con la misma frialdad y objetividad que con todos", defiende. "Los hechos pueden gustar más o menos, pero son los que son. Que fuera por la aplicación de los principios humanitarios -tampoco vamos a pensar que los franquistas no tuvieran sentimientos-, o fuera por razones de 'realpolitik' porque Franco veía peligrar su régimen y la operación de salvación de los judíos húngaros fuera parte de un plan destinado a ganarse la opinión pública de los Aliados, el caso es que los judíos de Hungría fueron salvados en nombre de la humanidad y en nombre de Franco", asevera el periodista.

Operación de salvamento

Arcadi hace referencia en este sentido al "corazoncito" de los "franquistas buenos" y reconoce haber tenido reacciones "pintorescas" a la elección del título de su trabajo: 'En nombre de Franco'. "Comprendo que es un libro para mayores de 18 años pero yo ya soy una persona adulta y para mí Franco es alguien a quien no puedo situar al margen de la historia. Hizo cosas despreciables desde el punto de vista de la moral al uso, como alzarse para dar un golpe de Estado, pero evidentemente en su régimen había personas que trabajaron por el bien de la humanidad, como estos franquistas buenos de los que hablo en el libro", recuerda.

La crónica que hilvana Espada documenta de forma exhaustiva la organización de la espectacular operación de salvamento de judíos organizada en Budapest durante el Holocausto. Con dos sistemas de trabajo fundamentales. "El primero se basaba en cartas de reputación y pasaportes para los judíos que demostraban cualquier tipo de vinculación con España y que al final se extendió prácticamente a cualquier tipo de judío. El segundo, alojando a los judíos que habían perdido la casa o se encontraban perseguidos en lo que se llamó el gueto internacional, una serie de casas protegidas con la bandera de los países neutrales donde los judíos vivían en condiciones lamentables". Y recuerda que ese gueto, en el que los judíos vivían hacinados y con grandes carencias de nutrición e higiene, era el privilegiado. "Las personas que no podían acceder terminaban en el gueto común, donde las condiciones eran si cabe más espantosas, pero donde al menos salvaban la vida".