El Barça sacó su joya
El conjunto azulgrana se clasificó para la ‘Final Four’ de Londres liderado por un brillante Navarro y se jugará el pase a la final ante el Real Madrid
Actualizado:Juan Carlos Navarro es como las grandes joyas, las que se guardan en la caja fuerte, bien protegidas entre raso y terciopelo, y se reservan para las ocasiones especiales. Como los diamantes que se sustituyen por bisutería y pedrería fina en el día a día para lucirlos deslumbrantes en los acontecimientos más señalados.
Xabier Pascual sabe que en su plantilla tiene la pieza más preciada pero también la más delicada. Por eso, reservó al capitán en el partido del pasado fin de semana de la ACB ante el Estudiantes para evitar cualquier contratiempo que le pudiera limitar en el choque clave de la temporada. Después de cuatro partidos durísimos contra el Panathinaikos en la eliminatoria de cuartos de la Euroliga, el técnico culé no quiso arriesgarse a perder a su buque insignia en una batalla menor.
Los problemas físicos que ha arrastrado ‘La Bomba’ durante toda la temporada le han hecho aparecer y desaparecer de las convocatorias y su jefe tenía claro que Navarro debía estar en el Palau Blaugrana para llevarles a la ‘Final Four’ de Londres, en donde esperaba ya el Real Madrid -que arrolló al Maccabi-, con el que se jugará el derecho a pelear por el título continental. El ‘11’ azulgrana siempre está en los partidos importantes, por eso es el mejor anotador de la historia de la Euroliga y el más efectivo en los ‘playoffs’.
Y el líder se puso delante de todos, arengó a sus muchachos desde el primer minuto y mostró el camino hacia la canasta rival con cinco de los primeros once puntos de su equipo. Con el ataque
resuelto, el Barça mostró por qué es el equipo que menos puntos encaja de la competición. Pascual había comentado que ganaría “el que controlara mejor sus emociones” y estaba decidido a instaurar el desconcierto y la precipitación en su rival con sus habituales alternativas defensivas y la zona que tantos problemas ha dado al PAO. Lo que no esperaba el entrenador catalán era que cayera en la trampa el más listo de las filas helenas, el relojero griego que mejor controla los tiempos del juego sobre una cancha de baloncesto. Diamantidis se borró en cinco minutos con tres faltas impropias de un jugador de su clase. Con el base en el banquillo, Argiris Pedoulakis fió su suerte al eléctrico Ukic, un director de juego con alma de escolta, y la anarquía llegó al rival, que se enredó en la tela de araña tejida por un Barcelona intenso con un Jawai dominante dispuesto a comerse a cualquiera que cayera en sus dominios.
De la mano del acierto de Navarro en el tiro y su conexión con su compañero australiano el partido se rompió casi definitivamente (37-18). El escolta se fue al banquillo después de trece minutos brillantes. Pero Diamantidis nunca se rinde. Pedoulakis se la jugó con su estrella y confió en su inteligencia para protegerse en tiempos de necesidad. El PAO comenzó a restar a base de trabar cada ataque local y el marcador se paró para todos menos para Lasme.
La esperada venganza del Barça, que cayó hace dos años ante el Panathinaikos en esta misma ronda, se hacía esperar mientras que el ‘13’ visitantes se adueñaba del partido hasta acercar a los suyos a un esperanzador 51-45 con apenas nueve minutos por jugarse. Un escenario en el que los atenienses son felices. Pero el Palau no es el infierno de OAKA, y la perla estaba en el estuche de Pascual, que le sacó brillo y le dio el balón. Y cuando a un diamante le apuntan con un foco, no le queda más que brillar. Navarro surgió con cinco tantos consecutivos para asentar la diferencia en torno a la decena de puntos.
Pese a los intentos de los siempre competitivos griegos, un triple de Marcelinho Huertas a falta de un minuto y medio mató el partido definitivamente y clasificó al Barça para la ‘Final Four’, la cuarta en los últimos cinco años. Londres tendrá su joya y su ‘clásico’.