Sociedad

Seis de cada diez jóvenes discapacitados está en paro

Un 70% considera que su minusvalía es un problema para encontrar trabajo y el 26% lo oculta en los currículos por temor a ser descartado

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Más allá de las grandes cifras macroeconómicas la crisis económica se deja notar en el día a día de numerosos colectivos. Uno de los más castigados y, sin embargo, de los menos citados en las estadísticas oficiales, es el de los jóvenes discapacitados, cuyo nivel de paro se ha elevado hasta un alarmante 62%. Y para agravar la situación resulta que más de la mitad de esos desempleados son parados de larga duración (56%), es decir, llevan más de un año sin empleo. Además, entre los afectados cunde el pesimismo, ya que la mayoría no confía en mejorar su situación en el futuro. Estos son algunos de los resultados que se desprenden del I informe 'El reto de la inserción laboral del joven con discapacidad' realizado por la Fundación Adecco después de 700 encuestas entre jóvenes de entre 18 y 30 años.

El desempleo juvenil en España -que supera el 55% entre los menores de 25 años- es uno de los mayores problemas del país. Sin embargo, esta circunstancia se complica más cuando a la edad se le suma una discapacidad. El perfil del desempleado discapacitado es el de una mujer (56%) con estudios técnicos (30,4%) discapacidad física (42,6%) y que vive con sus padres (100%). Las dificultades para acceder al mercado laboral se dividen según el informe en dos tipos. Por un lado las exógenas, es decir, prejuicios de algunos empleadores o endógenas, debido a falta de autoestima y motivación de estos jóvenes. La mayor parte de los desempleados de este colectivo sufre una discapacidad física (42,6%), seguida de la psíquica (24,6%), sensorial (16,9%) e intelectual (10,4%).

En este colectivo el nivel académico también es clave para encontrar trabajo. Entre los ocupados la mitad poseían un título de enseñanza superior, mientras que los parados con idéntica cualificación solo representaban un 24%. Sin embargo, la formación más habitual entre los parados es la de técnico de Formación Profesional de grado medio o de grado superior (30,4%). Uno de cada cuatro solo tienen estudios de secundaria, un 23,8% estudios universitarios y un 20,8% básicos.

A las dificultades para encontrar un trabajo se añaden las propias perspectivas negativas que los interesados tienen sobre su futuro laboral. Y es que el 60,2% de los encuestados cree que tardará más de un año en encontrar un trabajo. Además, siete de cada diez consideran que su discapacidad supone un problema a la hora de encontrar un empleo. El miedo a ser descartados por ese motivo lleva a un 26% a no incluir su discapacidad en los currículos para evitar que le perjudique.

Sobrecualificación

En cualquier caso, para los jóvenes discapacitados encontrar un trabajo es tan prioritario como para el resto de la sociedad. Por eso una inmensa mayoría (88%) aceptaría un empleo inferior a su formación. Y es que España es uno de los países con mayor sobrecualificación, un 31% frente al 19% de la media de la UE. La encuesta también pone de relevancia que los jóvenes discapacitados españoles tampoco tendrían problemas para emigrar a otro país en busca de trabajo. En concreto hasta un 34,2% estaría dispuesto a salir fuera de Europa y un 23% se movería solo por el viejo continente.

El perfil del joven discapacitado con un empleo es el de un hombre (58%) con estudios universitarios (50,8%), discapacidad física (46,2%), que trabaja con jornada laboral completa (62,5%) en una empresa ordinaria (90%). La mayor parte de los contratos son de obra y servicio (33,3%) seguidos del temporal (20%). Para tratar de mejorar estos problemas ocho de cada diez encuestados reclaman al Gobierno más ayudas para este colectivo destinadas a fomentar el acceso a un primer empleo. También proponen reducir la burocracia y agilizar los trámites para la recepción de ayudas relacionadas con la discapacidad, por ejemplo, para obtener la tarjeta de movilidad reducida.

Por otra parte, el informe también pone el foco en las barreras que este colectivo encuentra en la etapa universitaria. En España actualmente hay 7.739 alumnos con discapacidad en la enseñanza superior, lo que supone el 0,52% del total. Uno de los principales obstáculos que describen es la falta de adaptaciones en las aulas, seguido de los problemas de acceso al centro y los insuficientes equipos humanos para atender necesidades específicas.