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Un manifestante muestra en un escrache una camiseta que reproduce los papeles de Bárcenas. :: FBALLESTEROS / EFE
ESPAÑA

EL FONDO DE ARMARIO DE BÁRCENAS

«Conocer que tenía cuentas en Suiza fue como un infarto, ahora somos como diabéticos que necesitamos insulina»La declaración del extesorero del PP ante la Fiscalía enfría las expectativas de Rajoy de neutralizar con rapidez el escándalo y agudiza las dudas internas sobre el coste electoral de la crisis

ANTONIO MONTILLA
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El PP lleva cuatro meses inmerso en el diabólico laberinto de los papeles de Luis Bárcenas sin que nadie se atreva a aventurar qué tipo de munición guarda el extesorero en su fondo de armario. «Conocer que tenía cuentas en Suiza fue como un infarto del que nos costó recuperarnos, ahora somos más como enfermos crónicos de diabetes, que cada vez que aparece un síntoma sabemos que tenemos que recurrir a la insulina». De esta manera tan gráfica explica un miembro de la dirección nacional del PP los efectos que provoca cada sacudida en relación al 'caso Bárcenas'.

Esta semana trascendió que la formación que preside Mariano Rajoy pagó a Bárcenas 724.000 euros por no hacer nada durante 34 meses. Además, el extesorero reveló ante el fiscal que negoció con Dolores de Cospedal el acuerdo de compensación para abandonar el partido. Una versión que contradice la que ofreció la propia secretaria general de los populares, que negó haber tratado con Bárcenas.

El hilo de esta enrevesada madeja amenaza con mantener vivo este escándalo de presunta financiación ilegal hasta, al menos, la antesala de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015. Una mochila muy pesada, si se suma al lastre de las reformas y los recortes en el estado del bienestar, cuyos efectos positivos aún no se aprecian. En este contexto, la losa de la corrupción puede ser la ola definitiva que arrastre al naufragio al partido gubernamental. De hecho, en el PSOE están convencidos de que, efectivamente, Bárcenas será el «enterrador político» de Rajoy.

Sin embargo, estas cábalas aún no quitan el sueño en la dirección del Partido Popular. «Dos años en política son un mundo», recuerdan en la calle Génova de Madrid antes de aferrarse a la idea de que el Gobierno prevé un leve crecimiento económico en 2014, más acentuado en 2015.

Más preocupa en la cúpula popular el efecto desmovilizador que pueda provocar este terremoto en sus propias filas. «Nuestros militantes y los cargos medios en ciudades y pueblos no tienen ningún problema en partirse la cara para defender las medidas económicas del Gobierno, pero con lo que no pueden es con la corrupción», confiesa un barón autonómico del PP.

El afloramiento de la supuesta contabilidad B ha tenido además un daño colateral, los altos emolumentos que han recibido, y reciben, los máximos dirigentes populares marean fuera de Madrid. Entre 2008 y 2011, en plena crisis, Mariano Rajoy y el resto de secretarios ejecutivos del partido se subieron el sueldo un 22% de media, según la auditoría interna que hizo pública el propio PP y que aún se puede consultar en su página web.

El líder del PP marcó en febrero la estrategia que el partido debía seguir en relación con Bárcenas, al que sigue sin mencionar. Rajoy, tras desnudar sus cuentas y su patrimonio -aún espera que lo haga Alfredo Pérez Rubalcaba-, ordenó arriar velas y evitar entrar en una espiral casi diaria de respuestas ante cualquier novedad judicial o informativa sobre las andanzas de Bárcenas durante los 30 años que trabajó en el área financiera del partido.

Patinazo

Desde ese instante, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, rehuyó abordar el tema Bárcenas enh sus comparecencias semanales, y Cospedal ha tardado mes y medio en romper los silencios de Génova. Un mutismo que se instaló tras la controvertida intervención en la que habló de un «finiquito simulado y diferido» para Bárcenas. Una expresión «inapropiada», confesó después Cospedal ante la riada de comentarios, casi todos entre jocosos e indignados, incluso dentro de su partido.

Rajoy, que en público promete que el PP operará en este asunto con «el máximo rigor, la máxima transparencia y la máxima diligencia», muestra en privado su convicción de que esta tormenta, por fuerte que llegue a soplar, amainará. Otros dirigentes recuerdan, sin embargo, que cuando un asunto se judicializa la máquinaria de la Justicia es, aunque lenta, inexorable y que las cosas pintan muy mal para el extesorero con las consecuencias que ello puede tener para el partido.

«Está más gallego que nunca», ironiza otro dirigente popular para intentar explicar la falta de contundencia de su jefe de filas en este asunto. Sin embargo, otro gallego, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no ha tenido reparos en asumir que el PP debería haber pedido disculpas a los ciudadanos. Otro presidente autonómico, pero que prefiere el anonimato, considera que la gestión del problema ha sido «una chapuza», de la que no duda en culpar a la secretaria general.

La asesoría jurídica del PP tranquilizó a la cúpula con un primer informe en febrero. Los denominados 'papeles de Bárcenas', más allá de su veracidad o no, son meras fotocopias con escaso valor judicial, sobre todo porque el supuesto autor -el extesorero, según todos los grafólogos- ha negado su autenticidad y hasta su existencia. Por lo tanto, en el partido gubernamental confían, no sin cierta candidez, según distintas fuentes judiciales, en que se declaren nulos. «Y si no lo son», se preguntaba un diigente popular, preocupado por la falta de un plan alternativo si se abre juicio oral a Bárcenas.

Pese a ello, la investigación interna no ha cesado. La tesorera del partido, Carmen Navarro, que ha negado taxativamente al juez Pablo Ruz que exista una contabilidad B en el PP, recibió el encargo del propio Rajoy de llegar hasta el fondo del asunto. Para hacerse su propia composición de lugar, Navarro ha llegado a citar en su despacho a más de una veintena de hombres y mujeres que forman parte de la actual directiva del PP y de las anteriores, incluidos miembros de las direcciones regionales de Madrid, Valencia y Andalucía, entre otros. El objetivo, según fuentes del partido, sería recabar testimonios para conocer de primera mano hasta dónde llegaba realmente el poder de Bárcenas dentro del PP.

«Ni en dos vidas»

Entre las anécdotas que se han oído estos días en la sede de la calle Génova destaca que Bárcenas intentó que la Comunidad de Madrid contratara a una empresa de seguridad privada en la que él mismo tenía intereses. El Gobierno de Esperanza Aguirre desoyó tal petición. Además de la pulcritud de su aspecto y sus buenos modales, algunos veteranos del PP también destacan su capacidad para memorizar «nombres y cargos» y «cuánto cobraba cada uno». También cuentan que un histórico del PP visitó la casa que Bárcenas tiene en el Pirineo catalán. «Ni aunque yo viviera dos vidas podría comprarme una casa así», exclamó sorprendido ante el lujoso inmueble.

La percepción de la forma de gestionar la crisis cambia de manera notoria si se habla con componentes de la vieja o de la nueva guardia del PP. «Esto se pudo parar», barrunta de manera informal uno de los componentes de la liga de veteranos. En el entorno del extesorero cuentan que Bárcenas nunca podrá comprender como es posible que el Tribunal Supremo de Madrid en septiembre de 2011, con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, le desimputase en el 'caso Gürtel,' y que, sin embargo, en marzo de 2012, con Mariano Rajoy ya como presidente, la Audiencia Nacional volviera a imputarlo.