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Maradona celebra el título Mundial en 1986 en el estadio Azteca. / Carlo Fumagalli (AP)
fútbol

El Azteca, un estadio repleto de historias

Ha sido testigo de númerosos acontecimientos desde su construcción en 1962, entre los que destaca la famosa mano de dios de Maradona y la visita de Juan Pablo II

MANUEL CASTILLA
MADRIDActualizado:

«…Ahí la tiene Maradona. Le marcan dos. Pisa la pelota. Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial. Puede tocar para Burruchaga, siempre Maradona. Genio, genio, genio , tá, tá, tá…¡goooool! Quiero llorar, Dios santo, viva el fútbol. Golaaaazo de Maradona…barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?...». Así reaccionó el locutor uruguayo Victor Hugo Morales con el tanto que metió el 'Pelusa' en los cuartos de final del Mundial de México 1986.

Esta genialidad futbolistica se dibujó en el estadio Azteca, uno de los campos con más historia del mundo. Justamente antes del llamado 'gol del siglo', tambien se produjo ‘La mano de Dios’, tanto que anotó Maradona con su palma izquierda. El recinto, con casi 50 años de historia, ha sido testigo de un sinfín de sucesos memorables que nunca podrán ser borrados de la historia deportiva.

Contruido en 1962 por el arquitecto fallecido Pedro Ramírez Vázquez e inaugurado en 1966 con un partido entre el América de México y el Torino, esta edificación es recordada por acoger a las celebridades más importantes del mundo. En sus instalaciones no solo se consagró el ‘10’ de Argentina. El futbolista brasileño Pelé tambien comenzó a forjar su leyenda en el terreno de juego del Azteca.

Es el único estadio que tiene el honor de haber albergado dos mundiales de fútbol. Es un campo mágico, donde se desarrolló uno de los partidos más vibrantes de todos los tiempos, calificado como 'el partido del siglo'. En el encuentro de semifinales los italianos se impusieron 4-3. Lo sorprendente de este partido fue 5 goles se anotaron en el tiempo suplementario, ya que al acabar los 90 minutos reglamentarios el resultado era de empate a uno.

Su capacidad (105.000 espectadores) hace de este recinto un lugar idóneo para la organización eventos. Allí se celebraron grandes conciertos (como el del rey del pop Michael Jackson) e incluso fue el escenario elegido para recibir a los feligreses cristianos con motivo de la visita del papa Juan Pablo II a México.

« Cuando era niño y conocí el estadio Azteca me quedé duro, me aplastó ver al gigante». Así describe el músico Andrés Calamaro en una de sus canciones a la legendaria edificación mexicana. Esta composición refleja la importancia que tiene este recinto en América latina.

Este coliseo continua siendo una edificación modelo a nivel mundial, aunque haya pasado el tiempo. Las previsiones económicas para levantar las gradas era de 95 millones de pesos (unos 6 millones de euros), pero al finalizar las obras el precio se elevó a más del doble y alcanzó los 200 millones de pesos (más de 12 millones de euros).