El desarrollo de los biomarcadores necesita fondos
La industria de biotecnología urge a las administraciones a que soliciten más ayudas europeas destinados a I+D+i
MADRID. Actualizado: GuardarLos fondos europeos (Feder) pueden ser la catapulta necesaria para que la industria biotecnológica española dé un salto de calidad e implante en los hospitales la medicina personalizada, es decir, aquella en el que los biomarcadores tienen un papel fundamental. Una industria que necesita de una inversión y de un comprador, en este caso el Sistema Nacional de Salud (SNS), que no sea tan reticente con estos proyectos. «La crisis ha provocado que no se piense a medio plazo, sino a corto plazo. No hay inversiones», indicó Regina Revilla, presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio).
Esta patronal mostró su desencanto ayer por la poca implicación de las administraciones en el desarrollo de esta industria, sobre todo cuando la Unión Europea pone facilidades. Los fondos Feder para el periodo entre 2014 y 2020 van a ir destinados en su mayoría a proyectos de I+D+i. «Estos fondos pueden financiar hasta el 80% de una nueva tecnología que se implante en un hospital», indicó Jorge Barrero, adjunto a la presidencia de Asebio. Esta lentitud administrativa a la hora de aplicar nuevas fórmulas -«incluso algunas salen gratis a los centros», apuntó Barrero- está provocando que algunos proyectos tengán más acogida fuera de nuestras fornteras. «Y son ideas que se las han desarrollado profesionales del SNS y que tienen una gran imagen fuera porque saben de la calidad de la sanidad pública española», indicó. Unas herramientas que los profesionales de Oncología y Hematología, los dos campos más desarrollados con la biotecnología, estarían encantados de aceptar.
Según el proyecto Summa, el 40% de los expertos en Hematología opina que en un año estas tecnologías permitirán un abordaje clínico más eficaz de las patologías y el 71% de los mismos consideran que en menos de tres años supondrán un abordaje clínico menos costoso de ciertas patologías. Por contra, ocho de cada diez oncólogos ven en la inversión económica el principal problema.