Una pariente de los Kirchner investigará un escándalo de corrupción que los involucra

Todos aquellos que desde hace años denuncian en vano los vínculos espurios de los Kirchner con empresarios de su provincia enriquecidos a la velocidad de la luz se habían ilusionado. Esta vez, protagonistas de esas vinculaciones habían empezado a hablar. Sin embargo la expectativa se frustró ayer en Argentina cuando se supo que la funcionaria encargada de investigar el nuevo escándalo es la cuñada de Máximo Kirchner, el hijo de la presidenta, Cristina Fernández, y el fallecido exmandatario.

El caso se destapó el domingo en un programa de televisión en el que se presentaron los testimonios de quienes fueron parte de una red de lavado de dinero que salpica la memoria de Kirchner. Los arrepentidos admitieron haber intervenido en el lavado de al menos 55 millones de euros del empresario Lázaro Báez, muy allegado a Néstor. Los fondos, dijeron, provenían de Santa Cruz, provincia natal del expresidente, y estarían en bancos suizos.

Uno de los operadores aseguró que Kirchner era socio de Báez «en todo». Cuando el exmandatario lo conoció, el contable trabajaba para el Banco de Santa Cruz y, al poco tiempo, el hombre devino en próspero empresario de la construcción, el petróleo, las comunicaciones, así como ganador de múltiples licitaciones en negocios con el Estado.

Vínculos estrechos

Tal era la amistad que unía a ambos que Báez y su esposa cenaban en casa de Néstor y de su esposa, la presidenta Cristina Fernández, la noche en que el exmandatario se descompuso y murió. El empresario ordenó levantar un inmenso mausoleo en su homenaje en el cementerio de Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, y hasta hoy mantiene una relación cercana con la familia Kirchner.

La Justicia aún no ha definido sobre quién recaerá la investigación por el delito de lavado y fuga de capitales. Entretanto, para «investigar» el origen del dinero de Báez, en la Administración General de Ingresos Públicos, los Kirchner cuentan con Virginia García, directora regional de la oficina de impuestos en la capital de Santa Cruz. Abogada especializada en derecho tributario, es hermana de Rocío García, la esposa del mayor de los hijos del matrimonio de Néstor y Cristina.