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Del sueño a la pesadilla de su hogar
Una familia denuncia al promotor de su recién estrenada vivienda por estafa. David Montero reside junto a su mujer e hija en un edificio de San Pedro Apóstol, en la que acumulan humedades y desperfectos
SAN FERNANDO. Actualizado: GuardarTuvo que tirar el colchón de la mini cuna de su hija porque estaba lleno de moho y humedad. Unas marcas que han salido por todo el techo de la vivienda, que se pueden ver en las paredes y que se adhieren a los muebles. Tan sólo hace un año que al fin consiguieron las llaves de su soñada casa, pero ahora viven en una pesadilla, que es en lo que se ha convertido su hogar, una promoción de la empresa GS28 en la calle San Pedro Apóstol.
Ya han presentado varias denuncias contra el promotor de la finca, Sergio Navarro, que además es supuesto asesor de la empresa pública de suelo, Esisa. En lo penal hay abierta una causa por presunta estafa, mientras que por lo civil se le reclama los vicios constructivos. Ahora acudirán al Colegio de Arquitectos para que tomen medidas sobre un conflicto que han intentado arreglar de forma amistosa, pero que por el momento ha resultado imposible.
Todo comenzó hace unos años cuando David Montero decidió junto a su pareja buscar una vivienda en la que residir juntos. Encontraron una promoción que les gustaba y a través de una inmobiliaria dieron 5.000 euros de señal, «porque nos dijeron que podíamos perder la oportunidad ya que había mucha gente interesada». Un día, el asesor que lleva su promoción, Sergio Navarro, les cita fuera de la inmobiliaria ya que se había peleado con ella, «y lo peor es que el supuesto descuento de los 5.000 euros de la entrada en el precio final no se produce. Nadie sabe dónde está ese dinero».
A partir de ahí los problemas comenzaron a surgir uno detrás de otro. Aparecen los retrasos en la construcción de los casas (dos viviendas con un patio de entrada común), y cuando ya se ha acometido gran parte de la obra la exigencia de un aval bancario para continuar adelante con un incremento en el precio por una mala planificación de los costes. «Hasta ahí todo eran buenas palabras y se buscaba una solución a los problemas, pero la relación cambió». Sobre todo tras la entrega de llaves. «Fuimos a darnos de alta en la luz y el agua y resultaba que no existía una acometida. ¿Cómo podía ser? Nos pedían más de 1.600 euros y mi mujer y yo ya no podíamos con los gastos porque ella se quedó embarazada y faltaba sólo un mes para que diera a luz». Hasta en dos ocasiones tuvo que acompañar a su esposa al hospital al darle varias crisis de ansiedad por consecuencia de como estaba la casa.
«En el proyecto existían una gran cristalera que tenía un coste de 10.000 euros. Pues la ha quitado y ese dinero tampoco aparece. Cuenta que lo tuvo que invertir en otras mejoras de la casa pero no sabemos en qué. También iba a colocar otra cristalera como techo para el patio de la entrada y tampoco está. Y a todo esto nos damos cuenta de que figuramos como promotores de las casas».
Sus vecinos se metieron desde el principio y tuvieron que convivir más de un mes sin luz ni agua. Ellos esperaron, hasta que su mujer dio a luz. «Nos da vergüenza que vengan a vernos porque la casa está llena de humedades y con problemas que se deben solventar, pero ya no nos coge ni el teléfono. Simplemente ha jugado con nosotros como ha querido. Y encima con la cara de tonto de haber confiado en él. Ahora pago una hipoteca por una casa en la que no se puede vivir y que no es sano para una pequeña de un año. Sólo queremos que nos arregle los problemas».