El Portillo

En junio de 2008 se echó el cierre a un pabellón histórico que era fundamental para los pequeños clubes de balonmano y fútbol sala de Cádiz que pese a tanta adversidad aún subsisten. Entonces no fueron ellos los únicos que se quedaron 'colgados' cuando se desalojó el Portillo para que después de aquel verano de 2008 el edificio se demoliera. Junto a los equipos que cada fin de semana afrontaban los partidos de sus respectivas competiciones, los usuarios de este centro y los vecinos de la zona se quedaron sin un referente, sin una instalación que formaba parte de sus vidas, un pabellón que en sus cerca de 40 años había sido testigo de excepción del desarrollo y buen hacer de esos deportes minoritarios. Por desgracia ya estamos acostumbrados pero lo del parón de las obras de la nueva instalación no es ni mucho menos para pasar página. Quince meses dijeron entonces que tardarían en construir un nuevo pabellón, más moderno, mejor equipado, con un parking subterráneo de tres plantas... Pero pasados cinco años nada de eso parece ni siquiera vislumbrarse.

Mientras trato de entender los motivos de tanto retraso y dejadez, no puedo evitar acordarme de esos equipos que tuvieron que marcharse de allí con el deseo y la promesa de regresar cuanto antes porque ésa era su casa. No quiero ni pensar qué habría pasado en el caso de que en vez del pabellón del Virgili, del Gades o del Copmon Cádiz, esta alarmante pausa se hubiera producido con las obras del nuevo Estadio Carranza y el perjudicado fuera el Cádiz.

El deporte local, el pequeño, casi machacado por la crisis que afecta a todos los sectores no merecía además este traslado tan duradero que ha terminado por apartarle de su gente, de esos aficionados que cada semana se acercaban por el Portillo. Cinco años es demasiado tiempo para los modestos así que espero que por fin se tomen las medidas necesarias para la reanudación de las obras y que la creación de un nuevo Portillo suponga a su vez la recuperación de todo ese deporte base que es tan necesario.