PP y PSOE desean que la Corona vaya más allá de la ley de transparencia
Los dos grandes partidos temen que los obstáculos jurídicos impidan que la norma cumpla por sí misma con todas las expectativas creadas
Actualizado:El PP admite que, depués 37 años, es momento de regular ciertos aspectos de la Corona. «Para reforzarla», dijo ayer Dolores de Cospedal. El PSOE asegura que mantendrá su respaldo a la institución, pero que debe cambiar. «La Monarquía parlamentaria que defendemos y que queremos es más moderna», apuntó Elena Valenciano. Ni uno ni otro concretan hasta dónde están dispuestos a llegar. Y en privado admiten su deseo de que la Casa Real dé un paso el frente y les saque del embrollo político pero, sobre todo, jurídico en que andan sumidos.
La Constitución deja pocos resquicios para 'meter mano' a una institución blindada frente a cualquier control o influencia externa. El Gobierno podría optar por desarrollar por fin el artículo 57.5 y aprobar una ley orgánica que resuelva cualquier duda sobre «las abdicaciones y renuncias». Pero nadie cree que en esa norma nonata, la única relativa a la Corona mencionada en la Carta Magna, esté la solución al deterioro de la actual Jefatura del Estado. El debate está en la ley de transparencia.
La imputación de la infanta Cristina en el 'caso Nóos' ya llevó a la Casa del Rey a hacer pública su disposición a verse sometida al código que se tramita en el Congreso, después de meses de presión de las fuerzas minoritarias y, en última instancia, del PSOE. Pero su propuesta es la de ser incluida en el artículo 2, que habla de todos los órganos constitucionales, «en relación con sus actividades sujetas a derecho administrativo». Es decir, no incluiría la asignación que percibe el Rey para el sostenimiento de su Familia y Casa, sino lo que los ministerios, y con restricciones por motivos de seguridad, dedican a su funcionamiento, es decir viajes, actos oficiales, conservación de palacios y jardines...
En realidad, esas son las partidas más abultadas. Sin embargo, la dirección del PSOE ha dejado claro que, a su juicio, la situación exige ir más lejos. Tan lejos como que el Rey y la Familia Real estén obligados a hacer público su patrimonio personal. Y el PP, que ya tuvo que dar marcha atrás en su negativa a que la ley de transparencia afecte a la Corona, no se atreve ahora a decir que por ahí no pasa.
«Lo ideal sería que sean ellos (la Zarzuela) los que se muevan», admiten con cierto desasosiego en la dirección del grupo parlamentario popular. En el PSOE el planteamiento no es muy distinto. A pesar de la contundencia con la que han hablado sobre este tema la vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano, y la portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez, fuentes implicadas en la negociación de ley tienen serias dudas jurídicas de que sea posible llegar a un grado de transparencia cercano al que, por ejemplo, tiene la Corona británica, que revela cuánto gasta en luz, agua, teléfono y hasta en cosas más triviales como botellas de vino, si no es porque la propia Casa del Rey lo haga voluntariamente.
Libre disposición
El escollo que plantean es, entre otros, el del artículo 65.2 de la Constitución, en el que se dice que el Rey recibe del Estado una cantidad global que distribuye «libremente». Soraya Rodríguez defendió la semana pasada que «libremente» no implica que no se pueda dar a conocer. Otros, en sus propias filas, lo discuten con vehemencia.
En la Zarzuela recuerdan que de 'motu proprio' han hecho ya público su presupuesto de 2012 y 2013 aunque no detallan demasiado, apenas habla de cuánto se dedica a gastos de personal, cuánto a gastos «corrientes, bienes y servicios» y a «inversiones reales», cuáles son los sueldos del Rey y del Príncipe y cuánto se dedica a los gastos de representación de ambos y del resto de la Familia. Pero no se sabe qué se entiende, por ejemplo, por gastos de representación. «Es fácil dar un poco más», admiten sin aclarar si están dispuestos a hacerlo.
En el principal partido de la oposición reiteran que el gesto es necesario, aunque confiesen que por sí solo no tiene por qué bastar. También hay quien se indigna porque en los últimos días se haya puesto el foco en los gastos de la Casa del Rey como si eso fuera «el mayor problema del país». El caso es que la presión social es la que es y el PSOE, que tiene bases republicanas, la siente con especial fuerza. Varios de sus dirigentes aprovecharon el domingo la conmemoración de la proclamación de la II República para reivindicar otra forma de Estado. Aunque la dirección socialista no se da por aludida.