Boadella arbitra un pulso jocoso entre Verdi y Wagner
La ópera se gasta todo en metalurgia y nosotros lo contrario" dice el director de 'El pimiento Verdi', un duelo escénico entre dos gigantes
MADRIDActualizado:El antagonismo entre verdianos y wagnerianos tomó tintes épicos e hizo correr sangre hasta principios del siglo XX. Ahora que la pasión por Richard Wagner y Guiseppe Verdi ya no lleva a sus adeptos a tirar de cuchillo y pistola, Albert Boadella (Barcelona, 1943) arbitra un desternillante pulso escénico entre ambos gigantes de la ópera, nacidos en 1813. Regresa Boadella a su vena bufa y satírica en un montaje descacharrante que garantiza las carcajadas del respetable pero que no resultará ofensivo para los amantes del bel canto. "Quizá se sientan heridos los talibanes, los ultrapuristas, que los hay en la ópera como en todo los sectores" anticipa Bodella. "Al contrario que en los teatros de ópera, donde se gastan todo el dinero en metalurgia, aquí ponemos toda la carne en el canto y en el asador escénico y dramático" dice el director de escena. No oculta Boadella su "ferviente verdianismo" que triunfa en todo el reparto, incluso en el actor que encarna a Wagner. "Pero hemos adoptado una solución de consenso -advierte- para que la sangre llegue al río".
Ha reclutado a cantantes de ópera de primera línea -María Rey-Joly, José Manuel Zapata, Antoni Comas o Luis Álvarez- para darles un máster interpretativo en el mejor registro tragicómico y sacarles todo su partido como actores. Algo que no suele ocurrir en los más envarados escenarios operísticos y que tienen su contrapunto en los Teatros del Canal que dirige Bodalella donde se estrena este jueves 'El pimiento Verdi'. "Los dos meses de ensayos han sido una fiesta" se felicita el tenor José Manuel Zapata. "Los cantantes de ópera somos casi siempre dirigidos por agentes de tráfico que nos dicen qué tenemos que hacer sin dar la menor explicación", lamenta.
'El pimiento Verdi' es una taberna cuyas mesas ocuparán en escena medio centenar de espectadores que verán como verdianos y wagnerianos llegan a las manos y se escupen, literalmente, restos de la ensalada y los filetes 'verdiwagnerianos' que les sirven. Su propietario, gran aficionado a la zarzuela y las óperas de Verdi, organiza una cena homenaje para celebrar el doscientos aniversario del nacimiento del genial compositor italiano. Pero los disidentes wagnerianos reclaman homenajear también al compositor alemán y reivindican a Wagner como un genio "más profundo y menos pachanguero que el italiano".
Se origina así el extravagante rifirrafe musical entre los dos bandos. Los dúos, arias o coros, se lanzan como crítica, burla y escarnio hacia el rival. Unos y otros se escarnecen cantando fragmentos de óperas como 'El Trovador', 'La Traviata', 'Rigoletto', 'Otello', 'Nabucco', 'Aida', 'La fuerza del destino', 'Don Carlo', 'Rigoletto', 'Tristán e Isolda', 'Tannhäuser', 'Sigfrido', 'Lohengrin', 'La Walquiria', o 'Parsifal'. Todo salpimentado con pasajes no menos populares de zarzuela, para dar al espectáculo un toque decididamente ibérico "y demostrar de paso que la zarzuela no tiene nada que envidiar a la ópera" y que debe "liberarse se un complejo que la lastra y le resta la brillantez que merece" propone Boadella .
Recuerda Boadella que detesta la fantasía en el teatro así que de nuevo "observo la realidad" para perfilar las psicologías contrapuestas de verdianos y wagnerianos. "Aquí no hay dilema y somos todos verdianos, y no por destrozar a Wagner". "Verdi es más mediterráneo, más próximo a nuestra idiosincrasia y eso se nota". "Por desgracia Wagner fue la decoración del III Reich. Sigue prohibido en Israel, donde aún viven personas que vieron como otro ser humanos eran conducidos a las cámara de gas al compás de la música de Wagner y eso aún pesa".
"Desde el punto de vista cívico son contrapuestos. Yo no querría tener a Wagner como vecino en mi rellano, pero si a Verdi" ironiza Boadella que ha querido reflexionar haciendo reír sobre la responsabilidad del artista y el creador. "Igual que los políticos, los creadores, tienen una responsabilidad artística con su tiempo. Verdi y Wagner difieren también en ello. Wagner tomó un camino y eso tuvo una serie de consecuencias".
Traidor
Está el director artístico de los Teatros del Canal más que cómodo en su destino madrileño y no se le pasa por la cabeza regresar a Cataluña, donde ha sido estigmatizado y sigue condenado por ser el látigo del nacionalismo pujolista. "Me siguen llamando botifler" explica. Es decir que le motejan como uno de los traidores que tomaron partido por los Borbones, los 'filipistas' partidarios de Felipe V durante la Guerra de Sucesión Española. Unas críticas que no hacen mella en este curtido bufón, hoy a sueldo de los teatros públicos madrileños. "Si un día Cataluña consigue la independencia yo seré el gran traidor", vaticina sin perder la sonrisa.
No le preocupan tampoco las críticas de los "puritanos" que quizá deberían abstenerse de gozar de su nuevo espectáculo. Reconoce Boadella que le divierten y disfruta con las invectivas "de unos talibanes que volverán a expresar su intransigencia frente a lo que no consideran puro ni ortodoxo". "Los clásicos están para tocarlos", se defiende Boadella , que promete que "los amantes de la música se lo pasarán bien dejándose llevar por la lógica a pesar de os momentos agrios y duros".
El tenor José Manuel Zapata y la soprano María Rey-Joly, conforman la pareja "verdiana" que batalla con el dúo "wagneriano" que forman el tenor Antoni Comas y a la soprano venezolana Elvia Sánchez. Al piano Borja Mariño, reciclado en actor-camarero de la atrabiliaria taberna verdiana en al que manda el barítono Luis Álvarez. Jesús Agelet, actor de larga trayectoria en El Joglars que fundara Boadella, es el camarero encargado de sembrar la paz y limpiar los comistrajos que se escupen a la cara los cantantes.
Al final triunfa la concordia y el homenaje es realmente doble. Las facciones enfrentadas pactan y se aborda un argumento wagneriano con los personajes más carismáticos de las óperas de alemán pero expresando las pasiones líricas a través de las partituras de Verdi. Este histriónico homenaje a dos gigantes de la ópera en el bicentenario de su nacimiento estará en cartel en la Sala Verde de los Teatros del Canal (www.teatrocanal.com) desde el 18 de abril hasta el 12 de mayo.