Carcaño acusa ahora a su hermano de matar a Marta con la culata de su pistola

Marta del Castillo tenía 17 años cuando en la noche del 24 de enero de 2009 salió de su casa para citarse con Miguel Carcaño, su exnovio. Nunca volvió. Se ha sentenciado que murió en la casa de este, en la calle León XIII de Sevilla, y él mismo se atribuyó su muerte, por lo que fue condenado a 21 años de cárcel. Pero su cadáver nunca apareció. Cuatro años después, Carcaño da su séptima versión de lo que ocurrió aquella noche y precipita que el caso se reactive con un giro sorprendente. El reo, que cumple condena en la prisión de Morón, acusa a su hermano mayor, Javier Delgado, absuelto de la acusación de encubrimiento por la Audiencia Provincial de Sevilla y por el Tribunal Supremo, de ser el autor de la muerte de la joven.

Carcaño cuenta ahora que Delgado propinó un culatazo con su pistola -era vigilante jurado entonces- en la cabeza a Marta, cuando esta intentaba mediar entre ambos hermanos, lo que provocó la muerte de la chica. Añade que luego llevaron el cadáver a una finca de La Rinconada (Sevilla) donde lo enterraron.

Carcaño declaró de forma voluntaria ante el Grupo de Menores de la policía (Grume) y sostuvo que su hermano y él mantuvieron una discusión en la que Delgado le reprochaba que se hubiera gastado el dinero del alquiler de la casa que compartían en León XIII. Según su nueva historia, Marta intervino para que la discusión no fuera a más, momento en el que Delgado enfurecido le asestó un golpe con la culata de su revólver.

Imputado

Carcaño sitúa los hechos en torno a las 22.00 horas, según Europa Press. En la sentencia dictada en enero del pasado año, el tribunal da como hecho probado que Francisco Javier Delgado se ausentó en torno a las 20.40 horas de León XIII y que no volvió al mismo domicilio hasta las cuatro de la mañana.

La policía ha imputado a Delgado por homicidio y le citó a declarar el pasado jueves, aunque este se negó a hablar porque no reconocía los hechos de los que se le acusa, según explicó su abogado, José Manuel Carrión, a Efe. A raíz de esta declaración y de la investigación policial, el juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla ha abierto diligencias distintas a las que llevaba para hallar el paradero del cadáver.

Según confirmaron fuentes judiciales, el titular de dicho juzgado, Francisco de Asís Molina, ha citado a declarar a Miguel Carcaño como testigo para que corrobore su declaración, aunque no se ha precisado el día. Una vez declare, el juez decidirá si imputa a su hermano. Las mismas fuentes reconocen cierta desconfianza en la nueva versión de Carcaño y le restan credibilidad.

Este es el séptimo relato desde que fue primero interrogado y luego detenido en febrero de 2009. LLeva cuatro años en prisión. Carcaño ha confesado en este tiempo que la mató de un golpe con un cenicero -versión finalmente aceptada por el tribunal-, pero también contó que la violó junto con Javier García el Cuco y que con ayuda de este y de su amigo Samuel Benítez la arrojaron al río Guadalquivir. Cambió luego y dijo que fue llevada a un vertedero en Alcalá de Guadaíra y después a una zanja en Camas. Se desdijo y señaló que él no supo al lugar en el que sus amigos hicieron desaparecer el cuerpo. Ahora exculpa a sus amigos. El Cuco, entonces menor, fue condenado por encubrimiento y ya ha salido del centro de menores tras cumplir dos años de internamiento.

Durante el juicio sorprendió la frialdad con la que sostuvo que desconocía el paradero del cadáver de Marta. Ni siquiera lo desveló ante los ruegos de la policía, jueces, fiscales y sobre todo de la familia de Marta para acabar con el sufrimiento y la angustia de esta.

En su último relato señala otro lugar: una finca en La Rinconada (Sevilla). La policía le ha sacado de la cárcel en dos ocasiones para que diga dónde. Las excavadoras han vuelto a trabajar sin descanso, aunque no se ha encontrado el cadáver. Solo su aparición podrá sostener su séptima versión del trágico suceso.

La familia conocía la investigación, pero ha recibido con enfado que se desvele. El padre de Marta, Antonio del Castillo, recriminó al Juzgado instructor las filtraciones a la prensa a través de su cuenta en Twitter. «Las horas, los desvelos, los sacrificios, y todo lo que supone una investigación policial se han visto mancillados por las filtraciones», señala. El abuelo de la menor, José Antonio Casanueva, quiera dar a esta versión credibilidad porqueCarcaño «no tiene nada que perder, ya está condenado». Además, recuerda, la familia siempre sospechó de un papel relevante de Delgado.