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Cristiano alcanza su versión más madura

En su último encuentro en ‘La Catedral’, el luso mostró su mejor versión futbolística y evidenció su evolución personal

LUISMI CÁMARA
MADRIDActualizado:

Cristiano alcanza su versión más madura

-En su último encuentro en ‘La Catedral’, el luso mostró su mejor versión futbolística y evidenció su evolución personal.

Madrid 15 abr. (COLPISA, Luismi Cámara).

Cuando José Antonio Teixeira Vitienes pitó el final del partido, Javi Martínez, que había sido expulsado en el minuto 72, se acercó airadamente a Cristiano Ronaldo, que se dirigía al centro del campo de San Mamés para celebrar con sus compañeros el título liguero número 32 del Real Madrid. A las airadas palabras de recriminación del entonces jugador del Athletic, la estrella portuguesa respondió con un contundente corte de mangas. Esta evidente desconsideración al navarro agitó aún más a la ya enfurecida afición bilbaína, que había centrado los gritos, insultos y cánticos en el luso, sobre todo tras fallar un penalti. Cuando enmendó su error con un gol la estrella blanca no dudó en encararse con los seguidores locales señalando el escudo de su camiseta y levantando tres dedos para remarcar los tantos anotados por su equipo. Era mayo de 2012.

El domingo, apenas once meses después, el Madrid jugó por última vez en ‘La Catedral’. Obtuvo el mismo resultado y la grada volvió a cebarse con el ‘7’ blanco. Además, recibió un marcaje al borde de la legalidad de Ramalho y San José, con más de una provocación y algún que otro tantarantán que, en otro tiempo, habrían despertado el lado oscuro del delantero. Pero este Cristiano poco tiene que ver con aquel de 2012. Mantiene su instinto asesino y su insostenible carácter ganador pero ha encerrado en su interior a su particular Mr. Hyde. En Bilbao estuvo contenido en los gestos y desbordante en su juego. Marcó dos golazos y alcanzó el medio centenar en esta campaña -31 en la Liga-, cuando aún queda lo mejor por jugarse. Aguantó el tipo entre arreones y mandobles y solo se permitió aplaudir con una medio sonrisa cuando fue sustituido entre una sonora pitada.

La mejor versión futbolística de Cristiano Ronaldo ha llegado acompañada de su madurez personal. A sus 28 años, sigue desatando la inevitable animadversión en la hinchada rival, pero ya ha eliminado de su repertorio las exageradas subidas de tono, como cuando desató su ira tras el comportamiento de la afición del Dinamo de Zagreb y se le ocurrió decir aquello de «Me tienen envidia porque soy rico, guapo y un gran jugador».