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De Wembley a Carranza

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Ruud Van Nistelrooy se encargó ayer de sacar las bolas del sorteo de las semifinales de la Liga de Campeones. Bayern-Barça y Borussia Dortmund-Real Madrid fueron los emparejamientos de la mayor competición mundial de clubes. A fin de cuentas, un torneo que está muy lejos de las citas que el Cádiz tiene que disputar cada semana en la categoría de bronce del fútbol nacional. Se trata de otra galaxia, de otra vida.

Sin embargo, para los cadistas el partido de mañana ante el Écija tiene la misma importancia (o al menos tendría que ser así) que la final de Wembley para los semifinalistas europeos. Y no es una locura porque el Cádiz se juega su historia y su futuro. Vencer a los astigitanos en el Ramón de Carranza supone dar un paso de gigante en busca de la permanencia. Empatar o perder, aunque no metería al equipo de Agné en el pozo, no llevaría la calma necesaria a la Tacita de Plata. Y no está el panorama para muchos sufrimientos.

Por eso y por muchas razones más se trata de la ‘Champions’ particular del Cádiz. El objetivo estaría a las puertas, se acabaría de un plumazo con el nerviosismo y se empezaría a trabajar sin miedos en la próxima temporada. Con tiempo, ahora sí, y sin prisas de última hora. Analizando el mercado de este a oeste y de norte a sur, construyendo la base del equipo, proponiendo renovaciones (si las hay) y perfilando la plantilla a la espera de escasas pinceladas de última hora.

Y es que, ya que se ha llegado a la recta final de la temporada sin luchar por cotas mayores, al menos que se cumpla el actual objetivo sin demasiados contratiempos. Y si como regalo viene la presencia en la próxima Copa del Rey, mejor que mejor. Si el Cádiz la llega a disputar, se podría estar pendiente a un nuevo sorteo... aunque no sea el de la ‘Champions’.