cultura

Juan Modesto o 'El tiempo de los héroes'

Javier Reverte recorre los escenarios portuenses que aparecen en su último libro, una biografía novelada del general Juan Guilloto León

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Toda nación que cuenta con una gran epopeya en su historia tiene el deber de crear literatura sobre ella». Javier Reverte siempre quiso escribir una novela sobre la contienda fratricida española, una narración que estuviese protagonizada por ilustres héroes, guerreros que se asemejasen a los de otras épocas, a los de remotas civilizaciones, a aquellos titanes que atraviesan La Ilíada, con esa mezcolanza de épica griega y tragedia cotidiana.

En su camino para contar la intrahistoria de la Historia, el autor madrileño se topó con la figura de Juan Guilloto León, natural de El Puerto de Santa María, único miliciano que, a merced de su talento militar, alcanzó el grado de general en el Ejército Popular de la República. Un personaje olvidado después de la victoria franquista, tanto por quienes lucharon en el bando de los sublevados como por los que compartieron posiciones con él en el frente. A pesar de su pericia castrense, su falta de ambiciones políticas o la benevolencia de sus actos. Para la eternidad quedó su sobrenombre, Juan Modesto -da idea de la humildad del militar-, y unos cuantos documentos o reseñas contradictorias a cerca de su verdadera personalidad. De lo que nadie ha dudado nunca ha sido de su vigorosa capacidad para la lucha y la defensa de sus ideas.

Admirado al llegar a sus manos y a su pluma este perfil, Reverte se decidió a escribir 'El tiempo de los héroes' (Plaza y Janés, 2013). «No es una biografía, que es un género más frío, necesitaba el calor de la ficción para contar su historia, que es a su vez la de la Guerra Civil», contaba ayer el autor en El Puerto, uno de los principales escenarios de la novela y el primero en el que se ha presentado la obra. Para la puesta de largo ante los periodistas, el autor madrileño ofreció un recorrido por los lugares donde transcurrió la infancia y adolescencia de Modesto, unos años compartidos con su paisano y compañero Rafael Alberti, con el que volvería a coincidir dos décadas después, al final de la contienda, en Elda, justo antes de que los republicanos partieran hacia el exilio una vez consumada la derrota. Esas veladas previas a la marcha, le sirven a Reverte para retrotraer al lector a las vivencias portuenses del militar. A sus juegos con el poeta, que le recordó en 'La arboleda perdida', a su escaso tiempo en la escuela, en el Colegio San Luis Gonzaga y a sus muchos momentos en la calle, peleando con otros chicos -fruto de una de estas luchas Juan Modesto perdió parte de una oreja-.

Ayer, en este viaje temporal por El Puerto, también se pudo imaginar el balcón del Ayuntamiento de la plaza Isaac Peral donde fue proclamada la Segunda República, o el edificio que tras el alzamiento fue incautado para la sede de Falange Española en El Puerto, hoy Centro Cultural Alfonso X El Sabio. Espacios políticos, pero también, la mayoría, vitales para forjar al Guilloto hombre. Despojado de su casaca verde y su rifle en el cinto, en las pasajes gaditanos de 'El tiempo de los héroes' nos imaginamos a un joven de casa humilde -nació en una corrala de vecinos de la calle Cruces-, que trabajó como aserrador en la calle Misericordia y de mancebo en la hoy todavía existente Farmacia Lucuiz -hoy Viqueira-, situada en la intersección de calle Larga con Palacios.

Reverte, acompañado de quien le guió en la etapa de preparación de la novela, el director de Patrimonio del Ayuntamiento de El Puerto e historiador Javier Maldonado, recordó también el pasado de Juan Modesto como arrumbador en la Bodega de las Siete Esquinas y contó los primeros amores de su héroe, un seductor que tuvo amantes a puñados y dos familias. Una, la de El Puerto, la que surgió del romance con Antonia, con la que tuvo dos hijas, y con la que se perdía en los pinares que culminan el Camino de los Enamorados y yacía en una modesta pensión del centro de Cádiz. Otra, en Madrid, que poco o nada ha querido saber de esta novela.

Encuentros con Carrillo

«Siempre tuvo presente su Puerto, hasta en sus últimos años en Praga, donde dirigía el Partido Comunista, y en donde, por cierto, ayudó a convencer para que éste tomara un nuevo rumbo diferente al que proponía Stalin», subrayó el autor. «No era un asesino, simplemente era un hombre valiente», continúo. En esa hondura del personaje, de la gallardía del que se enfrenta a un destino irremediablemente trágico, se recrea Reverte, que ha dejado de lado el maniqueísmo de los bandos para rememorar una tragedia que nos pertenece, duele y avergüenza a todos. «He utilizado un lenguaje épico, de epopeya, porque quería contar una historia de campos de batalla, de trincheras. Se han escrito muchas novelas sobre la Guerra, pero muy pocas desde esta perspectiva», explicó el autor, que para la elaboración de la obra se entrevistó en varias ocasiones con Santiago Carrillo. «Tanto él como otros coetáneos como Vicente Rojo hablaban de Modesto en un tono admirativo».

En 'El tiempo de los héroes' Javier Reverte pone a desfilar junto al general portuense, a muchos de los personajes reales que, desde la política, las trincheras, la cultura o el periodismo, participaron en el conflicto. En las páginas del libro asoman, entre otros, Juan Negrín, Indalecio Prieto, los comunistas Líster, Campesino, Pasionaria, Claudín o el propio Carrillo, el citado Rafael Alberti o Miguel Hernández, además de escritores como Hemingway, Ehrenburg o Malraux.

«Que desde el Manzanares, ya general de ríos, quien como tú, hace tiempo, miliciano se viera, también te condecoren con estos versos míos Madrid, que no te olvida, y Cádiz que te espera». Rafael Alberti.