Sociedad

«Es un héroe de los antiguos, clásico, que tiene contradicciones en el alma»

Javier Reverte recrea en 'El tiempo de los héroes' la vida del general Modesto, jefe de las milicias comunistas durante la Guerra Civil

EL PUERTO DE SANTA MARÍA. Actualizado: Guardar
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El escritor Javier Reverte ha conseguido con 'El tiempo de los héroes', su nueva novela, cumplir su empeño de escribir una obra sobre la Guerra Civil. «Aunque nací cinco años después, yo la viví porque mis mayores la hicieron, un tío mío combatió con Franco y mi padre, al que llevaron en levas, estuvo con 'El Campesino', al que consideraba una persona muy cruel. La guerra estaba en la comida, en la cena. Estaba la tragedia pero también la épica, el romanticismo. Como dijo Hemingway, fue la última guerra en que la gente luchó por las ideas», indicó en la presentación.

El pie perfecto que buscaba para entrar en el territorio literario fue el personaje del general Juan Modesto, jefe de milicianos que tuvo gran prestigio durante la contienda y que luego cayó en el olvido: «Es un héroe de los antiguos, un héroe clásico, que tiene contradicciones en el alma, que sabe que el destino está por encima de él. Como los griegos, sufría y se levantaba sobre el sufrimiento. Hay un momento en que un compañero en el frente, a punto de perder una batalla, le dice: 'Aguanta, aguanta, porque si no lo haces tú, nosotros no podremos'. Lo he escrito en recuerdo de una frase de la Odisea. La que pronuncia Ulises a punto de ahogarse, 'aguanta corazón'».

El impulso final se lo dio encontrar la foto de Modesto que aparece en la portada del libro, tomada en Brunete y de autor desconocido. A partir de ese momento, dice «me sentí arrastrado». «No me costó, escribí emocionadamente», comentó. Frente a otras novelas sobre la guerra, hechas desde la postguerra o de la retaguardia, Reverte ha querido contar la historia desde el frente, desde las trincheras. Está la muerte, el sufrimiento de los soldados, «es la guerra narrada desde la primera línea de combate».

En voz baja

Pero, sobre todo, es la historia de Juan Modesto, nacido Juan Guilloto León, en 1906 en El Puerto de Santa María (Cádiz). Militante sindical y de Socorro Rojo, se afilia al PCE y se marcha a Madrid en 1933. Reverte, que ha reconstruido a duras penas su historia, dice que Azaña le admiraba, decía que era el único miliciano que sabía leer un mapa.

Los soldados le reverenciaban y entre sus contemporáneos tenía fama de altura ética. Las mujeres se rendían ante su atractivo. Hemingway le retó a la ruleta rusa por flirtear con su esposa. Cuando terminó la guerra desapareció de escena y su figura se eclipsó. Vivió exiliado en Praga, donde, precursor del eurocomunismo, llegó a enfrentarse con los tanques soviéticos esgrimiendo su carnet de general honorario del Ejército de la Unión Soviética.

En El Puerto, Modesto, o Juan Guilloto era un nombre que se pronunciaba en voz baja en los cascos de bodega. Perdido como la arboleda de Alberti de la memoria oficial, seguía presente en las conversaciones del núcleo de republicanos que malvivió durante el franquismo en un pueblo que tuvo alcalde comunista en las primeras municipales de la democracia.

Ayer, el autor recorrió los lugares de su infancia, la plaza Isaac Peral, sede del antiguo Ayuntamiento, donde se proclamó la República, lugares donde trabajó, como la bodega de Grant y la farmacia Lucuiz, el colegio donde estudió, el jesuita de San Luis Gonzaga, donde llegó a conocer a Alberti, su casa natal en la calle Cruces y el Barrio Alto de su infancia, para terminar en la antigua sede de Falange, una casa palacio incautada al mecenas Elías Ahuja que hoy es centro cultural Alfonso X El Sabio.

Con una sorpresa añadida, el encuentro accidental con un sobrino-nieto, Antonio Gallego Guilloto, un joven que no conoció al general. Tras convertirse en uno de los primeros escritores de viajes de España, con títulos como 'Corazón de Ulises' o 'Billete de ida' y dar el salto a la ficción, Javier Reverte da un paso adelante con 'El tiempo de los héroes', pues acepta el riesgo de novelar la historia, de biografiar la ficción con el trasfondo siempre delicado de la Guerra Civil.

Con este libro Reverte continúa una carrera a la que no dejarán de sumarse pronto otras obras de viaje, porque ya tiene preparado otro volumen sobre Irlanda.