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Un hombre lleva una foto del presidente fallecido y su esposa. :: AFP
MUNDO

La derecha nacionalista polaca se lanza a la calle

En el tercer aniversario de la muerte de Kaczynski acusa de nuevo a Rusia del accidente aéreo

PACO SOTO
VARSOVIA.Actualizado:

La derecha nacionalista y populista polaca, representada mayoritariamente por el opositor partido Ley y Justicia (PiS) de Jaroslaw Kaczynski, aprovechó ayer la conmemoración del tercer aniversario de la tragedia aérea de Smolensk para atacar al Kremlin y erosionar aún más al Gobierno de centroderecha de Donald Tusk. El martes por la noche, centenares de personas se manifestaron frente a la Embajada rusa en Varsovia en señal de protesta por el accidente. Tusk, antes de viajar ayer a Nigeria en visita oficial, participó también en un homenaje a las víctimas en el cementerio de Powazki, donde están enterrados unos treinta altos cargos fallecidos en la catástrofe.

En Cracovia, la hija del difunto presidente Kaczynski, Marta Kaczynska, depositó flores en la tumba de sus padres, en el Castillo de Wawel. «Mi dolor es tan vivo como hace tres años», declaró. En Varsovia, la mayor parte de los actos de homenaje a las víctimas fueron organizados por el PiS y colectivos cercanos.

Se celebraron misas, concentraciones y marchas callejeras, se depositaron ramos y velas a las puertas del palacio presidencial y hubo también un concierto seguido de un discurso de Jaroslaw Kaczynski, donde el líder ultraconservador y hermano gemelo del mandatario fallecido cargó las tintas contra Moscú y Tusk y apeló a «los millones de patriotas polacos» a rebelarse contra «la manipulación» del poder. Miles de personas participaron en los actos programados por la derecha nacionalista para conmemorar la tragedia del 10 de abril de 2010, cuando se estrelló cerca de Smolensk un avión que transportaba a una delegación polaca que se dirigía a la localidad rusa de Katyn para rendir homenaje a las víctimas asesinadas en ese lugar por la Policía política de Stalin durante la II Guerra Mundial.

Perdieron la vida el presidente, Lech Kaczynski, su esposa y otras 94 personas que representaban a las principales instituciones políticas, militares y religiosas del país.

Crispación social

El accidente conmocionó a Polonia y muy pronto el PiS utilizó esta catástrofe para sacar rentabilidad, aunque fuera a costa de dividir y crispar a la sociedad. Secundado por numerosos medios de comunicación de derecha y extrema derecha y por el sector más conservador y nacionalista de la intelectualidad y la Iglesia católica, el partido aludió a una teoría del complot que le sirvió para acusar a Rusia de organizar un atentado contra el avión presidencial, y culpó al Gobierno de Tusk de ocultar la verdad y ser un rehén de Moscú.

Las investigaciones llevadas a cabo por responsables civiles y militares de Polonia y por el Comité Intergubernamental de la Aviación Rusa demostraron que el accidente se debió a fallos cometidos por los pilotos. El PiS, que desde entonces perdió las elecciones, jamás ha podido demostrar lo contrario. No importa: tres años después de la tragedia, Kaczsynki y los suyos siguen firmes en sus acusaciones. Han conseguido dividir a la sociedad y enrarecer el clima político del país.