MEMORIA, CONOCIMIENTO E INDEPENDENCIA
Actualizado:De la tabla de multiplicar a los tiempos de los verbos, regulares e irregulares, de las tres conjugaciones, ar, er e ir, hay un solo paso. Luego vendrán los ríos de España, con sus afluentes, por la derecha y la izquierda, y la lista de los Reyes Godos. Las penínsulas y lagos de América, las capitales de Africa, las preposiciones, algunas poesías sueltas y los versos de Jorge Manrique. Y si me apura el sistema periódico, de arriba abajo y de izquierda a derecha, incluyendo los actínidos, las tierras raras y los lantánidos.
Toda esa palabrería de corrido ocupa un espacio en la memoria. Para algunos suponen una carga innecesaria en el proceso de aprendizaje. A otros les sirve para demostrar un conocimiento superficial y sin contenido real ni utilidad.
Lo que si es cierto es que el concepto memoria se trata de manera peyorativa, caduca y residual. Ahora todo debe ser intuitivo. El aprendizaje radica en descubrir por uno mismo lo que otros ya corroboraron. ¿No creen que es una pérdida de tiempo?
La inteligencia sin memoria no resuelve nada, es un lienzo en blanco. La memoria sin inteligencia sirve más bien de poco. Ahora la enciclopedia del mundo, el conocimiento acumulado por la humanidad está al alcance de un click.
En procesos de deterioro cognitivo se demuestra que son resistidos mejor por aquellas personas que llegan, al inicio de la enfermedad, en unas condiciones ventajosas, con una vasta memoria y una mayor capacidad de interacciones.
Con un entrenamiento de la memoria podremos conseguir un mayor conocimiento y tomaremos mayor conciencia de nuestro entorno. Difícil es apreciar lo que no se conoce. El ansia por saber nos mete en una espiral de la que no podemos salir y que es adictiva.
Nunca ha existido tanta información disponible y nunca ha habido un mayor desconocimiento de los que somos y hacia donde nos dirigimos. La ignorancia es un gueto del que sólo se sale con esfuerzo y tenacidad. Posiblemente su comodidad grisácea sea la baza con la que juegan intereses ocultos.
El conocimiento se sustenta sobre los pilares de la memoria. El aprendizaje de cosas, sin aparente relación, puede llevarnos a conformar unas conexiones que nos lleven al conocimiento.
Michel de Montaigne, en los más famosos Ensayos de la Historia de la Literatura, editados en 1595, refiere que «cuando muera, que sea en plena labor de aprendizaje» y que «la señal más clara de la sabiduría es el gozo constante, su estado es como el de las cosas más allá de la luna: siempre sereno».
La memoria nos acerca al conocimiento, y éste nos hace más independiente y sobre todo más libres.