«Recibir un premio está bien pero hay que seguir trabajando»
La ganadora del Goya a la mejor canción original presenta su primer disco, '11 de noviembre', un trabajo que espera traer a Cádiz el próximo' otoño
CÁDIZ.Actualizado:La voz de Silvia Pérez Cruz evoca la melancolía del fado, el 'quejío' del flamenco y la libertad provocadora del Jazz. Suena a nuevo y a añejo, a todo y a nada a la vez. La voz de Silvia hace que, incluso en la sala de espera de una redacción, aparezcan algunas cabezas que se han dejado llevar por las cuerdas de su guitarra. Y es que Silvia canta bonito. Así de fácil, así de complicado. Tras ella se encuentra una maratón que inició a los cuatro años cuando dijo que quería estudiar música clásica. Luego se pasó al jazz. Aunque la suya ha sido una carrera de pasos pequeños y constantes, su nombre sonó alto y fuerte en la celebración de los premios Goya de 2013. Silvia Pérez Cruz cruzó la alfombra roja para recoger el premio a la mejor canción original por su colaboración en la película 'Blancanieves' de Pablo Berger y Juan Gómez Chicuelo. Ayer recaló en Cádiz y en El Puerto de Santa María para participar en el programa Hora 25 que se realizó desde la Fundación Alberti con artistas de la talla de Joaquín Sabina y Caballero Bonald.
-¿Qué le ha supuesto su participación en la película 'Blancanieves'?
-Mi carrera está llena de pequeños pasos, uno tras otro, y éste sin duda ha sido otro más. La colaboración fue hace un año, cuando en enero de 2012 me propusieron cantar en la película. Al principio me comentaron que la madrastra era más bien coplera aunque luego fue más flamenca. Al final, animada por Juan Gómez Chicuelo, me inspiré en una saeta. En ese momento ni siquiera me imaginaba que iría a los Goya ni que me fueran a premiar. Llegó como un regalo que no te esperas.
-¿Ha tenido mucha repercusión?
-No lo he notado de una forma directa en mi vida pero sí que es verdad que hay muchas personas que al escuchar hablar de 'Blancanieves' te asocian. También depende de cómo viva cada uno las cosas. Ya sé lo que es tener un premio pero hay que seguir trabajando.
-Durante diez años ha estado tocando con diversos grupos pero ahora acaba de publicar su primer disco en solitario, '11 de noviembre', ¿cómo ha sido la experiencia?
-Siempre he querido contar mi propio discurso pero primero debía tener una época de aprendizaje que es la que he vivido con los grupos. Desde hace dos años empecé a trabajar en este disco porque necesitaba vaciarme como compositora. Guardaba mucha información dentro y quería contarlas a mi manera. También influyó el que no podía compaginarlo todo. Llegué a tocar hasta con diez grupos a la vez y tuve una hija. Fue el momento de elegir porque el tiempo es finito. La muerte de mi padre me afectó en este sentido, me hizo tomar conciencia de lo corta que es la vida y que no hay que esperar. Ahora, dos años después y con un poco más de perspectivas, me siento satisfecha.
- ¿Qué podemos encontrar en el disco?
-Es una gran mezcla porque son seis años de información y en él conviven sentimientos muy diferentes. De hecho canto en varios idiomas como el gallego, portugués, catalán o el español, porque cada canción me pedía una cosa. En las letras hay muchos recuerdos, muchas personas, es como un álbum de fotos. Hay una gran influencia de mi padre porque hasta su muerte no me había atrevido a escribir letras pero tenía tantas emociones guardadas que tuve que hacerlo. Igual no en la forma más bella pero sí en la más sincera. Este disco es como una limpieza interior, se hizo en un momento de luto pero con una visión optimista.
-En algunas de sus canciones asoma el flamenco y también colaboró en un espectáculo sobre Camarón ¿tiene alguna relación?
-No hay ninguna concreta. Mientras estudiaba la carrera de Jazz en la Escuela Superior de Música conocí muchos otros estilos. Siempre he tenido una actitud muy abierta y muchas ganas de aprender. Si un amigo de me decía apréndete estás alegrías, este tanguillo o esta habanera, lo hacía. Luego ya lo adaptaba a mi cerebro y a mi alma pero no soy cantaora.
-Ésta ha sido una visita fugaz, ¿le podremos escuchar pronto en Cádiz?
-Espero venir en otoño. Ahora tengo la agenda llena pero me encantaría venir por Cádiz pronto y que los gaditanos se engancharan a esta historia que propongo.
-¿Es más de salas pequeñas o de grandes teatros?
-Las salas pequeñas tienen algo muy especial. Yo vengo de cantar en las tabernas delante de 40 personas acompañada de mi padre a la guitarra, pero también disfruto de los teatros. Cantar delante de 300 o 400 personas como hice en El Liceo cuando presenté el disco está muy bien. Pero cuando te toca una sala con 80 personas, a los que les ves las cara, da mucho respeto.
-En estos tiempos, ¿puede un artista vivir de la música?
-Hoy en día ganarse la vida con la música es muy difícil. Soy consciente de que estoy viviendo mi mejor momento y de que todo ha funcionado casi por inercia. Pero aún así se nota la crisis económica y la situación para la mayoría de los músicos es muy triste porque ya no se pueden hacer ni conciertos gratis a veces. Por eso soy consciente de mi momento y de que tengo que aprovecharlo.