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El efecto Abidal

El regreso al fútbol del defensa francés impulsa anímicamente al Barça antes de una cita trascendental ante el PSG en Europa

P. RÍOS
BARCELONAActualizado:

«¿Nervioso yo? No, solo estaba muy concentrado en hacer las cosas bien para impedir que el Mallorca nos marcara». La frase de Eric Abidal minutos después de su regreso al fútbol demuestra que ha vuelto para quedarse. No le basta al defensa francés con ser el protagonista de la admiración mundial por su milagrosa reaparición un año después de someterse a un trasplante de hígado, 402 días sin jugar un partido oficial. Quiere sentirse futbolista otra vez, «ayudar al equipo, ya sea en el campo o fuera, en lo que haga falta», e incluso «jugar muchos años más». Es un ejemplo de superación que va más allá del deporte, un espejo para todos los seres humanos. Aunque ningún caso es idéntico ni las circunstancias son las mismas, su lucha sí es un modelo. Como dijo Cesc, dando por bueno que el primer hat-trick de su carrera quedara oscurecido por el regreso del héroe, «fue un estímulo para todos verle trabajar siempre con una sonrisa imposible para otros».

Con ese optimismo que es su bandera, Abidal, que ya levantó una Liga de Campeones en Wembley en 2011 tras su primer regreso, ya sueña con vivir de nuevo ese momento mágico, aunque en un segundo plano: «Si lo logramos, me gustaría que la levantara Tito Vilanova». Seguro que Xavi y Puyol, los capitanes que le cedieron el honor al defensa hace dos años, están de acuerdo. Otra cosa es que acepte un técnico tan amante de lo discreto que el sábado se alegró de que su primer partido en el banquillo del Camp Nou después de su tratamiento en Nueva York pasara casi desapercibido gracias a esos 26 minutos que disputó Abidal ante una afición entregada y emocionada como nunca.

Pero para estar en Wembley hay que eliminar el miércoles al PSG en una complicada vuelta de los cuartos de final. El ‘efecto Abidal’ es la mejor vitamina para un equipo que mantiene la duda de Messi y que no podrá contar con los lesionados Puyol y Mascherano, dos centrales que abren una puerta para un acompañante de Piqué. El propio Abidal presenta su candidatura porque no vivió su regreso como un homenaje, sino como una oportunidad para ganarse el puesto. Está aquí para competir. Sin embargo, se entiende que todavía le falta ritmo competitivo y fondo, por lo que el canterano Bartra, brillante en el 5-0 al Mallorca, y Busquets, que descansó, se juegan un puesto de mucha responsabilidad, más todavía porque el elegido tendrá que bailar con Ibrahimovic, el gigante que más incordia a un central. El buen partido de Song como pivote defensivo, y las posteriores alabanzas de Jordi Roura, invitan a pensar que Busquets podría retrasar su demarcación, dejando paso al camerunés. El reciclaje de Adriano, que ya se entrena con el grupo tras su lesión, sería la alternativa de la velocidad, aunque su estatura no le ayuda.

Lo cierto es que cuando el Barça de Pep Guardiola y Tito Vilanova parecía imbatible años atrás, la sensación era que ninguna baja podía frenar la fuerza del grupo. Así se vio a Touré Yaya y Abidal de centrales en partidos trascendentales y al propio Mascherano en una zona de la que ahora ya no se quiere mover… Cuando la escuadra ha recuperado la humanidad, que puede perder como todos, la tendencia es multiplicar la importancia de las ausencias. El ‘efecto Abidal’ ha recuperado aquella fortaleza anímica.

Hasta la posible baja ante el PSG de Messi, quien quiere jugar a toda costa, se ha convertido en un problema menos traumático. Lógicamente, todo el mundo prefiere verle en el campo siempre que sus molestias musculares no pasen a ser una lesión grave. Pero ver a Cesc asumiendo la responsabilidad del ‘falso 9’ con su mejor actitud de la temporada, suelto, fino, acertado y certero en el remate, da tranquilidad. El de Arenys participó en los cinco goles al Mallorca. Marcó tres y colaboró con una asistencia y un remate a los dos de Alexis, otro que se reivindica en el momento cumbre de la temporada. Pedro ya se entrena con el grupo a la espera del alta médica y Villa reservó fuerzas el sábado en el banquillo. Parecen los elegidos para acompañar a Messi o Cesc, aunque Alexis y Tello físicamente están como toros. Su problema es la irregularidad en el remate.

Con 13 puntos de ventaja en el liderato liguero con 24 en juego, a cuatro victorias del título (ganando los partidos del Camp Nou valdría), existe el convencimiento de que si se elimina al PSG se podrán preparar las semifinales de ‘Champions’ a conciencia, haciendo planes de trabajo individuales, reservando titulares en el campeonato doméstico. El miércoles se juega una final en el Camp Nou. Sin Puyol ni Mascherano. Quizás sin Messi. Pero con Tito en el banquillo y Abidal disponible. El mejor doblete de títulos posible ya se ha conquistado: la salud de dos amigos.