Una voz necesaria cargada de sensatez

Se ha hecho conocido y necesario en cualquier debate sobre educación, menores y Justicia por la sensatez de sus palabras, por el hondo conocimiento de la materia sobre la que trabaja hace años en su despacho de juez en Granada. Emilio Calatayud regresaba ayer a la provincia para asistir a unas jornadas en Jerez y su llegada no podía ser más oportuna, cuando sigue coleando la difusión en internet de un vídeo sexual protagonizado por unos menores de Cádiz y que ha acabado con cuatro adolescentes imputados y una chica de 16 años destrozada al verse expuesta al escarnio público. Calatayud, al ser preguntado por esta cuestión, dejó a un lado los hechos en sí, para ir a lo vital del asunto, al trasfondo que realmente preocupa: qué tipo de educación están recibiendo las generaciones futuras para que hayan despreciado el valor de la intimidad, el temor a cometer un delito, por muy nimia que sea la pena, a sentirse más orgullosos cuanto más seguidores tienen en una red social en lugar de preocuparse en tener una formación adecuada para enfrentarse a una realidad más dura de la que tuvieron sus padres.

El diagnóstico del juez es rotundo: estos hechos revelan una «pérdida de valores y de respeto». Una crisis que nos tiene que hacer replantear las cosas. «No hemos hablado a nuestros hijos de sus deberes, sólo de sus derechos». La consecuencia es lógica, «están abusando de los derechos y haciendo dejación de los deberes». De ahí que lo ocurrido esta semana no se puede quedar en el cumplimiento de unas medidas, los responsables de esos menores deben reflexionar en qué han fallado para que una joven, que apenas ha cruzado el umbral de la adolescencia, mantenga una relación sexual ante las miradas de varios chicos, uno de los cuales no duda en grabar la escena y colgarla en la Red.

El sentimiento de frustración es profundo porque al final esa niña no es más que una víctima de quien sigue viendo a las mujeres desde la mirada machista. Era terrible leer los comentarios insultantes que otras chicas le lanzaban por la Red, y que hacían retrotraer la memoria a esas generaciones de mujeres que ahora serían ancianas y que lucharon en contra de la desigualdad de género.