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Puentólogos de Cádiz

Javier Rodríguez
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La construcción del segundo acceso de la Bahía ha dado lugar a la creación de una nueva licenciatura que no incluye el plan de estudios de la Universidad de Cádiz y que, sin embargo, se imparte por toda la ciudad. Me refiero a la puentología. Se trata del estudio exhaustivo de la obra del nuevo puente de Cádiz. El proyecto del ingeniero Javier Manterola ha sido objeto de largos debates en la avenida de la Bahía entre jubilados, pescadores y deportistas que se machacan cada tarde con el ‘footing’ mientras el tablero avanza hacia la pila nueve. Los virtuosos del puente se cuentan por cientos en intramuros y extramuros. Son personas que llevan la ingeniería sobre la cabeza como Martirio sus peinetas. El nuevo puente se ha convertido para ellos en objeto de culto, capaces de recitar de memoria el número de tornillos que lleva una dovela o calcular el peso que aguantará cada uno de los 182 tirantes que sujetarán la estructura a su paso por los dos ejes centrales. Los puentólogos me recuerdan a esa tropa de gaditanos que con sus recomendaciones gastronómicas nutren cada día las ‘cosas de comé’ que nos ofrece el maestro Pepe Monforte. Son los tapatólogos, un personal en expansión, capaz de oler una berza a kilómetros y saber sin titubeos el punto exacto de la Sierra donde se han cogido las tagarninas que lleva el guiso. La tapatología es otra disciplina de la cultura gaditana que no recoge la UCA pero que multiplica sus adeptos durante los fines de semana. La sabiduría está en la calle y le pido a la alcaldesa, Teófila Martínez, la apertura de un ágora donde esta cultura pueda expresarse. Poco a poco este tipo de carreras va calando y, de momento, la única que ha obtenido la titulación oficial ha sido la de tortillología, cuya primera promoción de tortillólogos ya investiga en este sesudo campo de la fusión entre el huevo y la patata. Los puentólogos necesitan su espacio para aclarar dudas y confrontar datos. La afirmación que hizo la regidora gaditana el pasado viernes tras la Comisión de Gobierno sobre la terminación del tramo gaditano del tablero provocó el desconcierto entre los eruditos del proyecto. La alcaldesa afirmó con rotundidad que el tablero ya se había posado en la pila nueve y que, por tanto, la parte más gaditana del puente había culminado. Es decir, que la estructura atirantada y el viaducto hasta el nudo de Río San Pedro son competencia de la alcaldesa puertorrealeña, Maribel Peinado. Las palabras de Martínez obligaron a los puentólogos a echar mano de las imágenes y contar una por una las pilas sobre las que discurre en estos momentos el tablero y se pudo comprobar que la estructura se ha posado en la pila ocho y, por tanto, le queda un empujón más para culminar su recorrido. Pero a los puentólogos les ha salido ahora una diplomatura técnica. La ministra Ana Pastor anunció el pasado marzo en Cádiz que el puente estará terminado a finales de este mismo año, algo que sorprendió a todos. La nueva corriente que trata de abrirse caminos dentro de la puentología es la videntología. Este nuevo grado lo forman alumnos que se exprimen las meninges elaborando la tesis sobre el tiempo de construcción que le queda al puente. Su obsesión es confirmar si los pronósticos de Pastor se cumplirán o no. Hay gran preocupación entre ellos porque parece evidente que los augurios de la ministra son difíciles de cumplir.