Irán anula los avances en el diálogo nuclear para ganar tiempo

La negociación nuclear con Irán se ha convertido en una especie de callejón sin salida donde cumbre tras cumbre queda clara la nula sintonía entre las dos partes. Los enviados del Grupo del 5+1 -formado por Rusia, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania- han vuelto a Almaty (Kazajistán) para retomar las negociaciones iniciadas en febrero. Pero las primeras 24 horas del encuentro resultaron «desconcertantes», en palabras de un diplomático europeo que habló con los medios al final de la reunión.

Los pasados 26 y 27 de febrero la república islámica prometió estudiar las propuestas del 5+1 para dar ahora una respuesta, pero lo que ha hecho ahora es presentar «un plan específico de propuestas con el fin de iniciar una nueva cooperación con los seis países», reveló el número dos de la expedición iraní, Alí Bageri. Según las mimas fuentes, este iniciativa no sería más que una marcha atrás a los planteamientos presentados en la cumbre de Moscú en 2012, una de las más tensas mantenidas, en la que Teherán exigió el reconocimiento mundial de su derecho a enriquecer uranio como requisito previo a cualquier negociación.

Los iraníes siguen ganando tiempo y mareando a sus interlocutores para desesperación del 5+1 que esperaba una respuesta clara y concreta a la propuesta «justa y equilibrada» presentada en febrero, según la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. Como en las cumbres anteriores, parece imposible lograr avances en un diálogo en el que no hay ni siquiera unos puntos comunes sobre los que edificar una negociación.

Los mediadores internacionales piden al régimen que detenga el enriquecimiento de uranio, envíe al extranjero los 170 kilos de uranio enriquecido al 20% de los que dispone y acepte el cierre temporal de la planta nuclear subterránea de Fordo. A cambio ofrecen aligerar las sanciones al sector petroquímico y al comercio de oro y otros metales preciosos.