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El recurso del fiscal alarga el vía crucis judicial de la infanta hasta verano
MADRID. Actualizado: GuardarLa infanta Cristina vivirá pendiente de la espada de Damocles de la Justicia al menos hasta el próximo verano. El recurso de Anticorrupción contra su imputación en el 'caso Nóos', que ayer provocó que el juez José Castro suspendiera su interrogatorio el 27 de abril, no será resuelto por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma antes de finales de mayo o junio, según confirmaron fuentes de este tribunal. El fiscal Pedro Horrach lanzó toda su artillería en un escrito tajante: todos los indicios que constan en los 42.000 folios contra la hija del Rey son «inocuos o inconsistentes». Es más, en este último año no ha habido «absolutamente ninguna» nueva prueba de que la duquesa participara en la trama que dirigía su marido.
Solo minutos después de que Horrach registrara la impugnación, en la que pedía la «suspensión» de la citación de la infanta, Castro acordó la anulación del interrogatorio, como había pactado con Anticorrupción. A pesar de las «diferencias jurídicas» entre el juez y la Fiscalía, ambas partes están de acuerdo en que la imputación de la hija del Rey debe ser una decisión que confirme o rechace la propia Audiencia Provincial. Ni Castro ni Horrach quieren ser los únicos responsables de la suerte de la infanta.
El instructor argumenta en su providencia que «no procede mantener la fecha señalada para la práctica de la diligencia» porque dejar la cita judicial el 27 de abril «haría ineficaz y dejaría carente de contenido el recurso interpuesto» ya que que sería imposible resolverlo antes. De hecho, la Sección Segunda no tendrá notificación oficial de este contencioso antes de mayo, ya que antes deben informar las diferentes partes presente en la causa y, luego, Castro deberá elevar el asunto a sus superiores. El juez, eso sí, advirtió de que «resuelto sea el recurso, si el tenor de su contenido lo permite, se señalaría nuevo día y hora» para interrogar como imputada a Cristina de Borbón y Grecia.
Un año
El recurso que estudiará la Sección Segunda se centra en tratar de demostrar que Castro, quien ya en marzo de 2012 rechazó imputar a la duquesa de Palma cuando se lo reclamó Manos Limpias, ha cambiado de opinión sin que haya habido novedad alguna en este año de instrucción que justifique este giro de 180 grados.
«¿Qué hecho, dato, circunstancia, documento, testifical o cualquier otro elemento incriminatorio ha sobrevenido?», se pregunta el fiscal Pedro Horrach. El mismo se responde: «Absolutamente ninguno». El fiscal hace esta afirmación sin entrar en honduras sobre los mails aportados este último año por exsocio de Urdangarin, Diego Torres, que apuntan a que la infanta habría hecho gestiones con el Rey y Francisco Camps para que su marido pudiera liderar el proyecto de poner en el agua un segundo barco español en la Copa América u otros correos en los que Urdangarin comenta a su esposa detalles sobre la puesta en marcha del Instituto Nóos. Según Anticorrupción, esos mensajes solo prueban que el duque tenía una «una comunicación fluida» con el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, pero «de los mismos no se infiere conocimiento de presuntas actividades delictivas en el desarrollo de los proyectos del Instituto Nóos» por parte de la hija del Rey.
Para Horrach, todos los mails que hay en el sumario sobre Cristina de Borbón son «meras circunstancias inocuas, inconsistentes y equívocas, en algunos casos, o meras sospechas personales, en otros». Datos de los que, entiende, «no puede inferirse indiciariamente participación en conductas reprochables penalmente», ni siquiera como cómplice de los negocios de su marido, a diferencia de lo que sostiene el instructor.
«De toda la intensa actividad investigadora desarrollada únicamente ha podido extraerse el hecho incuestionable de que Cristina de Borbón figuraba como vocal del Instituto Nóos, de que su nombre aparecía reflejado en el folleto publicitario del mismo y de que ostentaba participaciones sociales de la entidad mercantil Aizoon», argumenta el Ministerio Público. Pero subraya que esos datos, básicos en la argumentación del juez para imputar a la infanta, ya se conocían hace un año cuando Castro rechazó citarla. «No alcanza este fiscal a comprender por qué solo unos meses más tarde se apela a los mismos hechos y datos para sustentar la conclusión contraria», apostilla.
«Entidad penal»
La Fiscalía descarta que con esos simples argumentos la duquesa de Palma pudiera ejercer la «influencia delictiva» sobre las administraciones públicas que le imputa el magistrado. Según Anticorrupción, si los responsables políticos «supuestamente influenciados» desconocían que la infanta fuera vocal en Nóos y no trató o gestionó de algún modo con ella temas vinculados a esta entidad, «¿cómo puede ejercer aquélla una influencia delictiva?», vuelve a inquirir el representante de Anticorrupción.
Por ello, Pedro Horrach concluye que si los indicios acumulados a lo largo de la investigación son tan débiles, hasta el punto de «no poseer entidad penal», «no se barrunta el sentido que tiene su citación en calidad de imputada».
Todo ello, zanja, porque no hay «elemento o indicio probatorio alguno» de que Cristina de Borbón tuviera «un mínimo conocimiento de la presunta actividad delictiva de su marido»