Una costa pendiente de Alemania
Las cifras de Semana Santa presagian un verano en manos del turista extranjero
CÁDIZ.Actualizado:La Semana Santa es para la industria turística el laboratorio en el que se experimenta la próxima temporada alta. En este periodo de celebración totalmente español se mide la temperatura de la demanda del turismo nacional, se prueban mezclas explosivas que pueden incluir ofertas con precios más bajos con más servicios incluidos, y se observa cuál es la evolución de este producto. El análisis en la Costa de la Luz durante esta Semana Santa es claro, aunque siempre hay matices. Según la patronal hotelera, Horeca, la ocupación media ha rozado el 60% (aunque en su sondeo no están incluidas dos plazas importantes como Conil y Chipiona). Las previsiones de la federación hostelera eran algo más bajas, casi tres puntos menos. Unas cifras que de cualquier manera reflejan una caída continuada de la demanda nacional en Semana Santa, puesto que en 2012 la ocupación fue del 71,7%, casi doce puntos más que ahora y en 2011 fueron del 76,6%, cinco por encima respecto al ejercicio posterior.
No hay que olvidar que el clima es un factor decisivo para la intención de viaje cuando se acerca cualquier periodo vacacional y ni el tiempo ha acompañado a este destino de sol y playa, ni los reportajes televisivos o de la propia prensa escrita fueron muy halagüeños desde el pasado Sábado de Pasión. También hay que apuntar que el periodo vacacional en Semana Santa comienza el Jueves Santo, por mucho que la operación de tráfico se inicie casi una semana antes y finalizara ayer por la tarde. Y desde que la crisis se instaló en la economía española aún se ha acentuado más unas salidas concentradas en un fin de semana largo, que se inicia el Jueves Santo y finaliza el Domingo de Resurrección.
Con estos antecedentes, el director comercial de la cadena Hipotels, Dushan Ocepek, apuntó ayer que durante los días clave, desde el 28 al 31 de marzo, sus hoteles han estado al 60%, excepto el Gran Conil, que ha alcanzado un 71% de ocupación. «Esta ha sido la peor Semana Santa en muchos años», sentencia Ocepek, quien apunta que el mes de marzo no ha sido malo en sus negocios, «gracias al aumento del viajero extranjero, especialmente el alemán. Pero el comportamiento de la demanda nacional está siendo nefasto, algo normal teniendo en cuenta lo castigados que están por la crisis. Estos datos presagian un verano muy complicado, al menos diferente en el tipo de cliente, más dedicado al extranjero».
Se confirma una tendencia que ya quedó marcada desde la pasada edición de Fitur, en enero, cuando los touroperadores alemanes mostraron su satisfacción al poder contratar más plazas en la Costa de la Luz, debido a que el turista nacional había dejado su nicho de mercado libre. Esta alegría contrasta con la de los directores de hotel, quienes a regañadientes han tenido que vender más cupo al turismo extranjero. El descontento de los hoteleros se debe a que el margen de ganancia es menor, puesto que los grandes intermediarios negocian por volumen de contratación, lo que supone descuentos de hasta el 15% en el precio. Este viajero también gasta menos fuera del hotel. Suele venir con paquetes cerrados desde su lugar de origen, lo que perjudica a restaurantes, bares y chiringuitos de playa. Pero, de cualquier forma, el turismo extranjero (que en la Costa de la Luz se traduce en alemán), es la única esperanza para una industria que empieza a resentirse tras casi seis años de crisis.
Merece una mención aparte el caso de Cádiz capital, que se comporta como una isla también en cuanto a ocupación hotelera. Sin bien grandes alojamientos como el Playa Victoria o el Tryp Caleta registraron una media de ocupación cercana al 60%, en otros hoteles hubo una mayor demanda debido, sobre todo, al cliente que genera la reparación de barcos, como en el Barceló o el Puertatierra. Durante estos días reparan en los astilleros el crucero 'The World', conocido como el barco de los millonarios, y el próximo 15 de abril entrará en dique seco el 'Brilliant'.