Ainhoa Arteta, puro temperamento
La soprano debuta con el papel de Doña Elvira en un ‘Don Giovanni’ que encierra “a todos los donjuanes”, según Dmitri Tcherniakov
MADRID Actualizado: Guardar“Es un torrente. Puro temperamento. He tenido que contenerla, hablar mucho del personaje y pedirle que limitara su potencia y aguardara el momento en el que la partitura le permitiría explayarse y desbordar”. El director de escena ruso Dmitri Tcherniakov se refiere así su trabajo con Ainhoa Arteta. La soprano guipuzcoana que regresa al Real este miércoles para debutar ‘oficialmente’ en el coliseo con el exigente papel de Doña Elvira en el ‘Don Giovanni’ de W. A. Mozart (1756-1791). Un compromiso que Arteta se mostró remisa a afrontar y que aceptó ante la insistencia de Gerard Mortier. Así lo asegura al menos el intendente del Real, un Mortier que ha diseñado esta temporada un ‘tour de force’ mozartiano. Y es que tras el ‘Cosi fan tutte’ de Haneke, vuelve al carga con este ‘Don Goivanni’ “que encierra todo lo donjuanes” según Tcherniakov, escenógrafo y figurinista que debutó en el Real con su original y discutido Macbeth el pasado diciembre.
El Real ofrece ocho representaciones de esta cumbre universal de la ópera entre los días 3 y 24 de abril. Es una coproducción con el Festival de Aix-en-Provence, el Bolshoi de Moscú y la Canadian Opera Company de Toronto en la que toda la atención se centra en el regreso al escenario de Real de Ainhoa Arteta (Tolosa, 1964) en un papal nuevo para ella. No es en puridad su debut en el teatro, donde triunfó inesperadamente al sustituir a una enferma Sondra Radvanovski en el ‘Cyrano de Bergerac’ junto a Plácido Domingo.
“Es una mujer con mayúsculas de gran impulso” afirma Tcherniakov que se deshizo en elogios hacia la labor de la soprano tolosarra como Donna Elvira. “A veces los cantantes lo hacen todo de forma maquinal, sin pensar ni preguntar. Con Ainhoa es todo lo contrario. Hemos parado muchas veces los ensayos para hablar de detalles”. “Es una mujer extremadamente sensible y tiene muchos matices personales” precisa el director de escena, que destaca su inteligencia para percibir las sutilezas de un papel “que muchas veces se convertían en señales directas para ella”. “Se moría de risa a veces, quizás porque como mujer entendía todo muy bien” ironizó Tcherniakov insistiendo en la fortaleza de su carácter. “A veces era un torrente y había que moderarlo tanta potencia y reservarla para el momento adecuado”, insiste
Recordó Tcherniakov que cuando Mozart y Da Ponte se fajaron con el mito del seductor “ya había al menos ochenta versiones de Don Juan”. Por eso el suyo “no aparece como el iniciador del mito, sino mas bien el que lo acaba”. “Es como un resumen, un Don Juan que encierra a todos los donjuanes que conocemos” apuntó. “Es alguien cansado, que sabe demasiado, con enorme experiencia de la vida, muchas esperanzas y decepciones y siente como un coetáneo”, sostiene Tcherniakov.
De cámara
Salvo el reparto -“y la distinta personalidad que aporta cada cantante”- no hay cambios sustanciales con respecto a la producción estrenada hace tres años en Aix-en-Provence. La “destilada” puesta en escena “mantiene el mismo concepto”, aclara Tcherniakov que ha concebido su montaje como una “obra de cámara”, haciendo que toda la acción transcurra en un mismo y opresivo espacio. “Es una casa burguesa contemporánea cuya arquitectura tiene marcas de otras épocas” precisa. No ofrece detalle alguno que permita localizar la acción “en ningún país concreto, de modo que no hay ventanas ni se observa lo que ocurre en el exterior”. Ha alterado también el registro temporal del relato que en el libreto original se concentra en unos días y que el director de escena ruso ha querido extender “a lo largo de mucho tiempo para que se pueda percibir como la situación cambia a los personajes”. Unos personajes que concibe “como una gran familia burguesa en la que el comendador es el jefe y ‘Don Giovanni’ el extraño opositor que cambia y destruye ese mudo de orden”. “El comendador no se lo permite y todos se confabulan para quitárselo de encima” resume.
Junto a Ainhoa Arteta completan el reparto Russell Braun (Don Govanni), Paul Groves (Don Ottavio), Kyle Ketelsen (Leporello) Christine Schäfer (Donna Anna) y Mojca Erdmann (Zerlina). El argentino Alejo Pérez, conocido por el público español por los conciertos homenaje a Cristóbal Halffter y Luis de Pablo y la dirección de las óperas ‘Rienzi’ y ‘Ainadamar’, ha tratado de “adecuar los tempos de la partitura a la propuesta escenográfica”. Pérez estará en el foso en todas las representaciones al frente del Coro y la Orquesta titulares del Real.
Se ha optado por la versión vienesa del libreto de Lorenzo Da Ponte. Leporello, el criado fiel de todas las locuras de Don Giovanni, es testigo de un escándalo nocturno en la casa del Comendador. Donna Anna alerta a toda la familia y trata de detener a un intruso Don Giovanni, a quien le gustaría salir de la casa sin ser visto.