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Economia

Cuando ocio y negocio no conjugan bien

Los parques temáticos no despegan en España, salvo Port Aventura, aunque tampoco se avecinan cierresLos expertos culpan a la «desastrosa» gestión pasada y a una oferta sobredimensionada: España tiene los mismos centros que toda Europa

J. A. BRAVO
MADRID.Actualizado:

Modelo caduco -es la traslación a Europa de lo que nació en los años 60 en EE UU, como alternativa de entretenimiento en los centros rurales alejados de las grandes ciudades- y sobrepasado por las circunstancias socioeconómicas. Es el epitafio que algunos expertos han puesto sobre un sector que ven, salvo contadas excepciones -Port Aventura, sobre todo-, en una situación «precaria». Hablamos de los recintos temáticos, una de las tres piezas, junto a centros acuáticos y el conjunto de zoológicos, acuarios y parques de la naturaleza, que componen el negocio de los parques de ocio, dos términos que nunca han terminado de conjugar bien en España.

Con una facturación anual cercana a los 600 millones de euros -casi un tercio para los temáticos- y 129 centros, la mayoría vinculados al ocio con animales, una disección del sector nos ofrece una doble lectura, a juicio de Luis Huete, profesor de Dirección de Empresas del IESE: «Aquí solo funciona lo realmente muy grande, por espectacular, o lo muy pequeño, claramente focalizado a un mercado local». Por eso, a mastodontes como Parque Warner (Madrid), Terra Mítica (Benidorm) o Isla Mágica (Sevilla) les resulta complicado moverse si no dan un salto de calidad.

Desarrollados al albur del 'boom' inmobiliario, entre mediados de los 90 y principios de este siglo, tras un primer rodaje se vio que eran vehículos «muy costosos», pensados más como un negocio «puramente inmobiliario», apunta Huete. Y, además, con clara presencia de las administraciones públicas metidas a empresarias, y una gestión que «en algunos casos ha sido desastrosa por los excesos y la politización», explica Juan José de Torres, socio de la consultora DTA-Gestión de Ocio y Turismo y ex director general de Parque Warner y Terra Mítica, entre otros.

También las cajas de ahorros -una vez más en la pasada época de bonanza- jugaron un papel importante en la financiación de estos centros, que terminaron en manos de los verdaderos profesionales. Así ocurrió en 2007 con el Parque Warner (nacido en 2002), cuya gestión pasó a Parques Reunidos -la propiedad la mantienen la inmobiliaria Fadesa y Cajamadrid-, que ha logrado dar beneficios desde entonces y superar con creces el millón de visitas anuales. No en vano hablamos de una compañía española que de modesto conglomerado de centros en los años 70-80 ha crecido hasta erigirse en el cuarto operador mundial del sector del ocio y segundo europeo. Más de 26 millones de personas acuden cada año a todos sus recintos, cifra muy estimable -es casi el mismo número de turistas extranjeros que recibe América del Sur y más de los que viajan al Caribe- aunque solo supone una sexta parte de los números que mueve anualmente el emporio de atracciones de Walt Disney, el rey global (121 millones de visitas) por encima del grupo británico Merlin.

Traspaso de poderes

Algo parecido ocurrió con Terra Mítica (2000), vendida el año pasado a Aqualandia -dueña de un parque acuático y un acuario- por una sexta parte (67 millones) de lo que costó a las arcas públicas valencianas. Isla Mágica (1997) ha sido la última en seguir el camino, una vez que Looping Group -firma francesa que ya gestiona ocho parques de ocio en Europa- llegara en enero a un acuerdo con La Caixa, que lejos de recibir dinero por sus acciones aceptó pagar 30 millones para asegurar una transferencia limpia de cargas, que no de costes laborales como el expediente de regulación de empleo (ERE) anunciado un mes después.

Aunque no será el primer ERE entre los grandes del ocio temático. Port Aventura (1995), rescatado en 2004 precisamente por la caja catalana -que en noviembre vendió por 105 millones su participación al fondo italiano Investindustrial- tras la marcha de Universal, sufrió dos. Es cosa ya del pasado. Lleva años en números negros (en 2011, 26 millones de ganancias) y es «el único rentable» en un sector «obligado a complementarse con la oferta turística si quiere subsistir», apunta Fernando Valmaseda, experto en turismo y director general de la consultora RV Edipress.

«En España en particular, y Europa en general, el modelo de parque temático no funciona 'per se'», coinciden Valmaseda y Huete. De hecho, apenas hay cuatro grandes parques en el continente -Francia (2), Holanda y Alemania-, mientras que solo España concentra el mismo número. «La estacionalidad es un lastre» -añade De Torres-, aunque no se atisban cierres en el horizonte. Si acaso aperturas (en el juego): Eurovegas y su competidor directo, Bcn World, esperan turno... si finalmente les llega. El problema, de nuevo, el dinero.