Musharraf regresa a Pakistán
El expresidente es recibido en Karachi por cientos de simpatizantes y aspira a recuperar el poder en las elecciones del próximo 11 de mayo
Actualizado:Apenas 24 horas después de su anuncio, Pervez Musharraf aterrizó ayer en el aeropuerto internacional de Karachi. El exgeneral regresa a Pakistán tras cuatro años de «exilio voluntario» en Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos. Su retorno está salpicado por las amenazas de muerte por parte de Tehrik e Taliban Pakistan (TTP), principal grupo insurgente del país que asegura disponer de suicidas preparados para asesinarle. A sus 69 años, la persona que se alzó con el poder tras un golpe de Estado en 1999 y no lo abandonó hasta 2008, vuelve porque quiere tomar parte en las elecciones generales del próximo 11 de mayo.
Desde que puso el primer pie en tierra, Musharraf comenzó su particular campaña electoral ante los cientos de seguidores que se dieron cita en un aeropuerto blindado con fuertes medidas de seguridad. Los insurgentes no olvidan que durante su presidencia se firmaron los principales pactos con Estados Unidos para hacer de Pakistán la auténtica línea del frente en la «guerra contra el terror» lanzada por George Bush tras los atentados del 11-S.
«He regresado. ¿Dónde están aquellos que decían que nunca lo haría?», preguntó en el comienzo de una alocución que se produjo tres horas después de su llegada. Una alusión directa a los actuales dirigentes del Partido Popular de Pakistán (PPP) que durante toda la semana alertaron con la más que segura prisión de Musharraf si se atrevía a volver, y también a la Casa Blanca. El expresidente no olvida que en 2010, cuando presentó su nuevo partido en Londres, la Liga Musulmana de todo Pakistán, el enviado al frente 'Af-Pak' -Afganistán-Pakistán- en aquellos días, Richard Holbrooke, declaró que «tiene tantas posibilidades de regresar al poder como Gorbachov en Rusia».
«No temo a nadie salvo a Alá y vuelvo consciente de que pongo mi vida en peligro, pero lo hago movido por mi gente que me ha pedido que salve Pakistán», declaró el antiguo general, eufórico entre los gritos de bienvenida de sus más leales simpatizantes. Debido a las amenazas de TTP la fiesta de bienvenida no se trasladó a la tumba de Mohamed Ali Jinah, fundador del país, situada en el centro de Karachi.
Musharraf repite con su regreso el mismo trayecto que realizó Benazir Bhutto en 2007. La ex primera ministra también volvió al país tras un exilio en Londres y Dubai para participar en las anteriores elecciones, pero el día de su llegada una serie de ataques en Karachi costaron la vida a más de cien personas y dos meses después los insurgentes lograron matarle en el transcurso de un mitin en Rawalpindi.
Los abogados de Musharraf aseguran que han logrado que pueda regresar tras abonar la fianza correspondiente por las tres causas que tiene abiertas. La más relevante por obstrucción a la investigación tras el asesinato de Bhutto, y las otras dos por la persecución y detención de magistrados en 2007 y por el asesinato sin esclarecer un año antes del líder baluchi Akbar Bugti.