La jornada deja al cadismo dividido entre pesimistas, realistas y optimistas

Otra vez. Nuevamente, y por segunda vez en lo que lleva Raúl Agné a cargo del banquillo cadista, el equipo ha vuelto a ilusionar con las matemáticas en la mano y los puntitos sobre el campo. Una nueva victoria consecutiva y, sobre todo, la mediocridad de los equipos que gobiernan el grupo IV, ha motivado que la distancia respecto a los puestos que dan derecho a jugar por una plaza en los 'play off' de ascenso se hayan vuelto a reducir. De hecho, los siete puntos que saca el cuarto clasificado al conjunto gaditano es la distancia más corta desde que el técnico de Mequinenza ha pillado al equipo amarillo. Como es obvio, cada vez son menos las jornadas que restan de competición, pero las sensaciones que cada quince días se dejan en Carranza, que es donde pueden opinar los aficionados, siguen sin ser halagüeñas. Ayer, en Arroyo de la Luz, el once cadista volvió a comportarse como el equipo que construyó en sus inicios Agné. Una defensa sólida y un ataque rápido y mordaz, fueron la base para que el equipo consiguiera, mucho tiempo después, una victoria teóricamente placentera, ya que al minuto 60 de partido, el Cádiz vencía por dos goles arriba en el marcador.

Otra vez, a esperar un resultado

Todo esto, la distancia respecto al 'play off' y al descenso, no ha hecho otra cosa que dividir a la afición, donde se puede encontrar pesimistas (que no se olvidan de que el objetivo no debe ser otro que atrapar cuanto antes la permanencia), los realistas (que no ven peligrar la categoría, aunque tampoco sueñan con el ascenso) y los pesimistas (que les ha faltado tiempo para recuperar la calculadora y el calendario para echar sus cuentas). El caso es que el domingo llega el Albacete, que marcará el camino. Otro.