En la foto puede verse una antigua nevera que será recuperada y los depósitos donde estaba el vino tinto. :: LA VOZ
Sociedad

Reabre en Jerez el mítico tabanco 'La Pandilla' de la calle Valientes

Cerró hace 20 años y ahora lo vuelven a abrir dos empresarios jerezanos que lo han restaurado respetando su aspecto

JEREZ. Actualizado: Guardar
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En su interior se rodó una película de Lola Flores y era muy famoso en Jerez. La gente se reunía en 'La Pandilla' para beber las 'morenitas', una mezcla de oloroso y Pedro Ximénez o para probar el Valdepeñas de la casa que se servía fresquito gracias a un serpentín que lo enfriaba cuando salía de unos depósitos existentes en el establecimiento y que se conservan aún en el tabanco. Era un sitio de beber, y en la última etapa, se servían unos perritos calientes para acompañar. Lo cuentan Antonio Ruiz y Bosco Delage, los dos superan por poquito la cincuentena y vivieron aquellos años en que los jóvenes se reunían en torno a este establecimiento.

Ahora, se han liado la manta a la cabeza y el pasado viernes, a la una y media de la tarde, volvieron a abrir, tras 20 años cerradas al público, las puertas de 'La Pandilla'. Han trabajado durante tres meses para restaurar el local, la construcción de una típica bodega jerezana con techo a dos aguas y columnas con arcos para sostener la construcción, techos altos para que corriera el aire y se refrescaran los vinos.

Lugar señero

Precisamente en su libro 'Los tabancos y ventas de Jerez', el historiador jerezano Juan de la Plata habla de 'La Pandilla'. Señala que el verdadero nombre del local era Bodegas Rodríguez Marín, aunque se conocía como 'La Pandilla'. El propietario era, según la misma fuente Manuel Rodríguez Marín y era muy conocido también uno de sus dependientes, Pepe Cauqui, hermano de la cantaora 'Manolita de Jerez'.

En el libro se reproduce un anuncio datado «en los años 40», afirma el autor, donde se habla de que tenían «un exquisito tinto superior» que servían también a domicilio.

El establecimiento es amplio, tiene unos 200 metros cuadrados. Antonio y Bosco, que ya tienen experiencia en el sector de la hostelería, señalan que han respetado al máximo «lo que había. Se han pintado las paredes y también se han recuperado los famosos cuadros que había en el establecimiento». Estos cuadros son reproducciones inventadas de corridas de toros y también «esquelomatias», unas pinturas de esqueletos que hizo famosas el pintor jerezano Carlos González Ragel. Las que hay en 'La Pandilla' y que volverán a lucir ahora, fueron pintadas por un discípulo de González Ragel, Luis Mateos, según señala el historiador jerezano Antonio Mariscal Trujillo en su blog.

Valor emocional

Pero el valor de 'La Pandilla'" también es sentimental, ya que era un lugar de reunión muy frecuentado. La idea de Antonio y Bosco es recuperar este mismo ambiente, el de los tabancos jerezanos, ahora en pleno auge. Así una de las estrellas de la casa será el vino de barril, jereces de la bodega Sánchez Romate que se venderán para llevar, como despacho de vinos, y también para beber en el local. Aunque se conservan los depósitos del vino tinto, por el momento, no se utilizarán, señalan los propietarios.

Antonio y Bosco quieren recuperar el tabanco «en su esencia» por lo que en el lado gastronómico la principal atracción de la casa serán las chacinas, los quesos y las conservas, servidos en tapas o en montaditos. Habrá algún aliño y algo más los fines de semana, pero esa será la esencia.

Con la apertura de este tabanco, el número de establecimientos de este tipo, que en Jerez estaban casi desaparecidos, se eleva ya a más de una docena y todo en menos de dos años, cuando abrió el 'Tabanco Plateros' con cuya apertura se inició el movimiento que tan sólo mantenían ya en la ciudad San Pablo, El Pasaje, la Vinoteca Jerezana y la taberna La Sureña.

La Pandilla está en el número 14 de la calle Valientes. Su teléfono es el 677938366 y abre todos los días desde las doce del mediodía y hasta el cierre por la noche, tras el horario de tapeo.