EE UU: un refugio contra los males europeos a prueba de máximos
La Bolsa norteamericana sigue fuerte y, pese a los niveles récord a los que cotiza, los analistas dicen que aún no está cara
MADRID.Actualizado:Vuelven a estallar los problemas en Europa, aunque sea por su flanco menos sistémico. Y Estados Unidos sigue prácticamente igual de fuerte. Ha corregido, pero sin que su aspecto haya empeorado, como apunta Celso Otero, gestor de renta variable estadounidense en Renta 4. El Dow Jones continúa en máximos y el S&P 500 está a punto de conquistarlos. Es posible que Wall Street vuelva a ser un refugio para los inversores. Y, sobre todo, el dólar. «Ya lo son ambos, hay que reconocerlo», afirma José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Los niveles actuales pueden dar un poco de vértigo. Ya hemos dicho que los índices están en récord. El Dow Jones ha más que duplicado desde los mínimos que marcó en 2009 en los 6.547 puntos: ahora supera los 14.500 puntos. El S&P 500 también: ha subido de los 676 a los 1.558 puntos. Incluso antes que los grandes índices, los indicadores de las medianas compañías, mucho más ligadas a la economía doméstica, ya habían conquistado niveles récord.
Hay analistas que dicen que los índices americanos han subido de manera artificial, hinchados por las inyecciones de liquidez de la Reserva Federal. Puede ser cierto en parte, aunque Celso Otero también señala que los resultados han acompañado. En 2008, los beneficios del Dow Jones eran de 549,46 dólares por acción. En 2012 alcanzaron los 1.023,66 dólares, por encima de los 808,01 dólares de 2007, al inicio de la crisis.
En términos de beneficio, por tanto, queda claro que Estados Unidos ha superado la crisis económica. Y las perspectivas siguen siendo positivas, como puede apreciarse en el gráfico adjunto. Porque, como apunta dicho experto, los costes salariales continúan contenidos, y también los energéticos, porque los precios del gas están en niveles muy bajos (se espera que EE UU se convierta en exportador neto en breve). Estas circunstancias permitirán que los márgenes, ya en récord, sigan potentes.
Los índices no están caros
En definitiva, los índices americanos no están caros o, al menos, no artificialmente caros, como puntualiza Ignacio Cantos, de Atl Capital. Sin embargo, puntualiza que han subido, no por las valoraciones, sino por la entrada de liquidez. Por eso, se inclina, como desde principios de año, por las Bolsas europeas.
Como señala Óscar Germade, de Cortal Consors, no hay argumentos fundamentales que inviten a pensarlo. El per (precio entre beneficio) del S&P 500 se sitúa en las 13,75 veces este año y las 12,5 veces previstas para 2015. Su media histórica se sitúa en las 15 o 16 veces. Esto significa que aún tiene recorrido. De hecho, este experto apuesta por que el S&P 500 supere máximos y alcance los 1.650 puntos. Sin embargo, considera que, a partir de ahí, puede corregir un 10% sin que ocurra nada. Y después de ese recorte, sí puede quedarse lateral durante un tiempo.
Aunque Germade no vea síntomas de ajuste a corto plazo, sí cree que hay que tener cada vez más cuidado con la selección de los valores.
Puede haber una corrección por el camino, señala. Y es entonces cuando José Luis Martínez Campuzano, de Citi, recomendaría entrar en la Bolsa estadounidense con más confianza. «Los máximos obligan a ser prudentes», comenta.
También sería esa la estrategia de Ignacio Cantos. Ahora mismo, en Atl Capital tienen posiciones en BlackBerry, en Apple y en algo de minería de oro. En caso de que hubiera una corrección, entrarían en compañías industriales, como General Electric, y en algún valor del sector financiero. Celso Otero apuesta igualmente por el sector industrial con Boeing o DuPont, además de General Electric. También le gustan Philip Morris, en el sector petrolero, aunque lo infrapondera, y se queda tanto con Chevron como con TransOcean. Entre las tecnológicas le gustan IBM y también Qualcomm, porque fabrica componentes para todos, así que no corre el riesgo de pasarse de moda, como Apple.
Martínez Campuzano apuesta por el sector financiero, el tecnológico y el manufacturero, en general, por los sectores con más beta, es decir, por los más dinámicos. Pero no por el energético y el de las materias primas, y tampoco por el de consumo discrecional o el farmacéutico.
Factores de apoyo
Ante las caídas que pueda sufrir la Bolsa de Nueva York, Martínez Campuzano apunta unos cuantos factores que pueden seguir apoyando a la Bolsa estadounidense. En primer lugar, la mayor credibilidad que ofrecen las autoridades del país en comparación con las europeas. En segundo lugar, su fortaleza estructural: es el único país desarrollado con un crecimiento potencial que supera el 2%.
Además, desde el punto de vista cíclico, su economía se está comportando mejor de lo esperado. De hecho, recientemente tanto JP Morgan como Deutsche Bank han elevado sus perspectivas de crecimiento. Aunque Campuzano también detecta un exceso de complacencia, y eso es peligroso. Pero Otero espera que, a medio plazo, el dinero salga de la deuda americana -excesivamente hinchada- y que regrese a la Bolsa. Aunque ese trasvase no se producirá mientras persistan los miedos en Europa y las políticas de la Reserva Federal continúen siendo expansivas. Según su escenario, para 2015 la rentabilidad del bono alemán a 10 años podría situarse en el 3%.
El peligro que ve Ignacio Cantos tiene que ver con las bondades que Campuzano le veía a la Bolsa americana. Y es que la economía americana está más avanzada en el ciclo que la europea, por ejemplo, lo que significa que su potencial todavía puede ser más reducido.
¿Y el euro-dólar?
El inversor europeo, a día de hoy, tiene como apoyo la fortaleza del dólar. Aunque Ignacio Cantos advierte que a estos niveles, próximos a 1,25 unidades, comienzan a ser vendedores de billete verde y que solo a 1,35 se convierten en compradores. Y tiene sentido la estrategia de Atl Capital, puesto que en el caso de que Chipre abandone la Unión Monetaria ve al euro cayendo hasta el nivel de 1,26 dólares. Los expertos de Morgan Stanley, por su parte, esperan que se debilite hasta el nivel de 1,27 unidades. Aún quedaría, pues, algo de recorrido. Aunque los analistas de Morgan Stanley sí esperan un rebote después de ese recorte.