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Francisco, un nombre inspirado por el cardenal Hummes en el escrutinio final

«Me besó y me dijo: 'No te olvides de los pobres!'», revela el Papa en un sorprendente relato sobre intimidades del cónclave

Í. DOMÍNGUEZ
ROMA.Actualizado:

En una atmósfera de complicidad el Papa se salió ayer del discurso escrito para su encuentro con la Prensa y decidió contar a los periodistas por qué ha elegido de nombre Francisco. Fue sorprendente porque no tuvo problemas en entrar a revelar detalles y sensaciones del momento de su elección en la Capilla Sixtina, una especie de tabú que también ha roto. Solo se recuerda a Juan XXIII cuando reveló a unos seminaristas que él y otro candidato habían estado en el escrutinio codo con codo, «subiendo y bajando como garbanzos en una olla». «Os voy a contar la historia -comenzó Francisco en un relato salpicado de carcajadas generales-. En la elección yo tenía a mi lado al arzobispo emérito de Sao Paulo, Claudio Hummes, un gran amigo. Cuando la cosa se ponía peligrosa, él me confortaba. Y cuando los votos pasaron los dos tercios, llegó el aplauso acostumbrado, porque ha sido elegido el Papa. Me abrazó, me besó y me dijo: '¡No te olvides de los pobres!'». Por cierto, esta ha sido la primera vez que Bergoglio se ha referido a sí mismo como Papa, pues siempre dice obispo de Roma. Hummes es, precisamente, franciscano, una de las más respetadas voces progresistas de la Iglesia de su país y no se descarta que se convierta en uno de sus estrechos colaboradores.

«Esa palabra entró aquí -se señaló la cabeza-: los pobres, los pobres... Luego, de inmediato, he pensado en Francisco de Asís. Luego he pensado en las guerras, mientras el escrutinio proseguía, hasta terminar los votos. Y Francisco es el hombre de la paz. Y así vino el nombre a mi corazón: Francisco de Asís». Le interrumpió un gran aplauso y entonces se dejó llevar por las palabras hasta soltar la gran frase de ayer, que sueña con una Iglesia pobre. Pero a continuación, para volver al tono distendido, contó un par de anécdotas de los cardenales entre las risas del público: «Luego algunos hicieron bromas: 'No, tú deberías llamarte Adriano, porque Adriano VI fue el reformador, hay que reformar'... Y otro me ha dicho: 'No, no, tu nombre debería ser Clemente'. 'Pero ¿por qué?'. '¡Clemente XV: así te vengas de Clemente XIV, que suprimió la Compañía de Jesús!'. Son bromas...». Más allá del episodio, la broma sobre Adriano revela que en el cónclave estaba clarísimo el deseo general de reformas.