Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Marina Litvinenko, viuda del espía ruso, abandona el Tribunal Supremo tras conocer el restraso de la investigación. :: TOBY MELVILLE / REUTERS
MUNDO

La jugada maestra de Lugovói

La renuncia del sospechoso de asesinar a Litvinenko a colaborar con la Justicia británica retrasa hasta octubre el inicio de la investigación judicial

ÍÑIGO GURRUCHAGA
LONDRES.Actualizado:

La tarea de sir Robert Owen, nombrado para presidir la investigación judicial sobre la muerte, en noviembre de 2006, de Alexander Litvinenko, se hace cada día más difícil. Su última renuncia se produjo ayer y pidió excusas por ello a la viuda del expolicía ruso. Se había hecho cargo del proceso en otoño de 2012 con la intención de iniciar la investigación inmediatamente, pero ayer se resignó a tener que empezarla el próximo 2 de octubre.

Scotland Yard le pidió más tiempo para obtener información porque los policías británicos están a la espera de una llamada telefónica procedente de un país extranjero (pueden ser Alemania, España, Italia o Rusia) para saber si tendrán otro paquete de documentos. El Gobierno británico también quiere más tiempo. Le pidieron todos los papeles del caso en enero de 2012 y empezó a buscarlos en el mes de octubre. Pero su abogado dijo ayer que el Ejecutivo da a la investigación «la máxima prioridad».

También necesita más tiempo el Comité Investigador de la Federación Rusa. Se presentó como parte interesada en enero, le pidieron la documentación en febrero y se compromete a traducir sus 16.000 páginas de documentos para finales de este mes. Pero los abogados de Marina Litvinenko aún así se quejaban porque creen que el Comité es un submarino legal del Kremlin, que intenta obstruir a la Justicia británica.

En ella no cree Andrei Lugovói, el principal sospechoso de asesinar a Litvinenko con polonio, según la investigación de Scotland Yard. Pero Moscú rechazó la extradición del sospechoso. Al colapsar ese proceso penal, se abrió esta diligencia judicial cuyo objetivo es esclarecer la causa de la muerte, como ocurre en todos los casos de fallecimientos violentos o no explicados en Reino Unido.

Sesiones secretas

Lugovói anunció esta semana en Moscú que se retira de la investigación -a través de un equipo de abogados sufragados por el contribuyente británico- porque cree que no se le hará justicia. Se quejaba de que habrá sesiones secretas, aunque no es del todo exacto, según explicó ayer el juez Owen. Él terminará en los próximos días la tarea de examinar los documentos que le ha dado el Gobierno con un certificado de confidencialidad para ver si quedan como secretos o se reparten en el proceso judicial.

La retirada de Lugovói es un buen movimiento en el enrevesado ajedrez de esta saga de crimen, espionaje y alta política. La hipótesis británica y de la viuda de Litvinenko de que fue asesinado por Lugovói tiene incoherencias. Ambos planeaban un viaje conjunto a España días antes de su último encuentro, por ejemplo. El presunto asesino debería explicar unas cuantas cosas difíciles, pero ya no está en la investigación. Quedan allí, sin embargo, los abogados del Comité Investigador ruso para poner en cuestión las presunciones de la versión británica.