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Angela Merkel dialoga con el primer ministro portugués Pedro Passos Coelho. :: BERTRAND LANGLOIS / AFP
Economia

La UE modera la presión sobre los déficit públicos

Los socios apuestan por medidas sin coste, como dinamizar los mercados de trabajo y la movilidad dentro del bloque

IÑAKI CASTRO
BRUSELAS.Actualizado:

La UE busca la cuadratura del círculo. Con los Veintisiete profundamente divididos sobre la estrategia a seguir para abrir paso a la recuperación, la cumbre de pre sidentes que arrancó ayer en B ruselas se convirtió en un alambicado esfuerzo por conjugar crecimiento y austeridad. El resultado fue confuso y demuestra que los socios necesitan más tiempo para adaptar su receta económica. Probablemente, hasta antes del verano, momento en el que Berlín y París presentarán un plan conjunto para impulsar la integración de la moneda única. Hasta entonces, los socios ratificaron su apuesta por moderar la presión con el déficit y asumieron la importancia de estimular la actividad, pero sin gastar un euro.

Los líderes comunitarios exhibieron su falta de sintonía desde su llegada a la cumbre. La crisis ha partido la Unión en dos: el norte defensor de la disciplina, y el sur que clama por más solidaridad. Estos dos bloques son el reflejo del impacto de la crisis. Alemania y los países nórdicos apenas han sentido el drama del paro, mientras que en la ribera del Mediterráneo el número de desempleados no deja de subir.

Merkel eludió entrar de lleno en el debate sobre la necesidad de continuar con los tijeretazos. En su lugar, habló de aplicar los acuerdos adoptados y combatir el desempleo juvenil, uno de los pocos ámbitos en los que ha aceptado un limitado estímulo de 6.000 millones. La canciller, sin embargo, ya había enviado su mensaje en la víspera de la cumbre. El presidente francés, François Hollande, enarboló de nuevo la bandera del crecimiento y reclamó que sea la «única prioridad» de la UE. A su juicio, Alemania y el resto de países sin agobios presupuestarios deberían gastar con determinación para tirar del resto del continente.

Los Veintisiete superaron sus diferencias y consiguieron encontrar un denominador común con el déficit, una vía que se explora desde el año pasado, pero a partir de ahora se aplicará con mayor énfasis. Según el último borrador que discutían los presidentes, la Unión ratificaría su apuesta por una «consolidación presupuestaria diferenciada». Es decir, que se suavizarán los techos de gasto si la recesión no afloja lo suficiente. Francia, España, Portugal e incluso Holanda se beneficiarán de esta medida, aunque habrá que esperar hasta mayo para que se tome la decisión definitiva. Mariano Rajoy expresó todo su respaldo al objetivo comunitario de compatibilizar austeridad y reactivación económica. El presidente subrayó que «nadie en Europa se opone al crecimiento», aunque reconoció que los esfuerzos para controlar el déficit resultan «necesarios». En la cumbre apenas se escucharon menciones a la importancia de no relajarse con la puesta en marcha de la unión bancaria.