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Un viaje a la ingravidez

Los primeros pasajeros de pago del Airbus A300 Cero-G realizarán el viernes el primer vuelo parabólico comercial en Europa

COLPISA / AFP
PARISActualizado:

La excitación aumenta para los primeros pasajeros de pago del Airbus A300 Cero-G que despegarán este viernes de Burdeos-Merignac (Francia) para descubrir la ingravidez. Es el primer vuelo parabólico comercial en Europa, aunque otros vuelos de este tipo se han realizado en Estados Unidos y en Rusia.

El astronauta Jean-François Clervoy, presidente de Novespace, la filial de la Agencia Espacial Francesa (CNES) propietaria del A300 Cero-G, está ansioso. "Me muero de ganas de ver la sonrisa de oreja a oreja" de los pasajeros cuando termine el vuelo, ha señalado.

De los 40 pasajeros del A300 Cero-G, una treintena han pagado cada uno 6.000 euros; los otros, de ellos cinco estudiantes, han ganado un concurso organizado por el CNES, que utiliza habitualmente este avión con fines científicos. "No me iba a perder esta oportunidad, está claro", apunta a la Marie-Claude Lamy, una de las pocas pasajeras, pues tampoco habrá igualdad en este primer vuelo, con solo 15% de mujeres.

La mayoría serán franceses -uno de ellos ha venido ex profeso de Japón- que tienen una media de edad de cincuenta años. Dos padres estarán acompañados por su hijos. Uno de los pasajeros, un suizo, ya ha realizado un vuelo parabólico en Estados Unidos. No todos son unos fans del espacio, pero comparten un cierto gusto por el descubrimiento y la aventura.

A los 55 años, Lamy, casada y madre de dos hijas mayores, ya ha pilotado un avión, no se pierde una oportunidad de dar un paseo en helicóptero pero precisa que lo que busca no son sensaciones como las de los parques de atracciones. "Es algo que solo haría una vez en mi vida", manifiesta, y reconoce que le mueve el "egoísmo" y la impaciencia por "acumular recuerdos en su cabeza". "La tensión sube", confirma Jonathan Bénéteau, animador de la asociación Cap Sciences de Burdeos, ganador del concurso CNES, que ha asociado a un grupo de niños a la preparación de su vuelo.

Cinco minutos de ingravidez acumulada

El vuelo inaugural realizará 15 parábolas de 22 segundos, es decir, cinco minutos de ingravidez acumulada. Dicha técnica, permite descender de manera controlada para que en el interior del aparato se consiga un estado similar a la caída libre en el vacío, permitiendo crear un efecto de microgravedad durante periodos cortos de tiempo en el interior del aparato.

La primera parábola permitirá alcanzar la gravedad marciana (un tercio del peso que se siente). Le seguirán dos parábolas lunares (1/6 del peso), es decir, la sensación de estar de pie en la Luna, y después doce parábolas de ingravidez.

Durante el vuelo, los pasajeros contarán con las consignas de instructores y médicos. El comandante será Eric Delesalle, director de Ensayos en Vuelo del fabricante ATR, un especialista de parábolas. Con 3.000 parábolas y tres vuelos a bordo de la nave espacial estadounidense en su curriculum, Jean-François Clervoy también participará en el viaje. "Voy a recordar las primera parábolas de hace 25 años", exclama.

Antes de embarcar, los pasajeros asistirán a una charla de cerca de una hora y media. Primero porque no se puede jugar con la seguridad: "Tendremos reglas de disciplina estrictas", ha advertido Jean-François Clervoy. Y también para que aprovechen al máximo la ingravidez. "Quiero que lo disfruten y que entiendan, a través de lo que sientan en ellos mismos, por qué el espacio es un entorno inaudito para experiencias imposibles en la tierra", ha añadido.

Hay varias actividades previstas: sentarse en el techo, ver evolucionar una gota de agua... como el whisky del capitán Haddock (amigo íntimo de Tintín, el reportero creado por el belga Hergé). El dinero que se recaude con los vuelos comerciales permitirán reemplazar el A300 Cero-G, que ha superado las 100.000 parábolas.