Dos mil años de anécdotas
Cónclaves que duran tres años, pontífices centenarios y repetidores, la elección papal ha dado para muchas curiosidades
MADRID.Actualizado:El secretismo que rodea cada cónclave es una de las señas de identidad de cada elección papal. Los rumores y las especulaciones sobre candidatos son tan abundantes como improbables. Esta ocasión no es una excepción. Sin embargo, y a pesar del silencio impuesto a los cardenales, las anécdotas que rodean estas trascendentales reuniones son numerosas. Algo normal en una institución que tiene más de 2.000 años de historia.
El más largo y el más corto
El cónclave más largo de la historia se prolongó durante 34 meses. Casi tres años, desde noviembre de 1268 hasta septiembre de 1271, estuvieron los 19 cardenales deliberando para elegir un nuevo Papa. Tanto se prolongó la designación que tres electores fallecieron en el proceso. Fue la primera vez que los purpurados fueron encerrados bajo llave e incomunicados contra su voluntad, en un intento de acelerar su decisión. Al no surtir efecto, se les racionó el alimento e incluso se quitó parte del techo de la sala de reuniones para que las inclemencias meteorológicas apremiasen a los prelados en su decisión. Finalmente el elegido fue Gregorio X.
Por contra, los cardenales batieron todos los récords de premura con la designación de Julio II como Pontífice en apenas diez horas. Algo inaudito, máxime si se tiene en cuenta que este cónclave se celebró en 1503, una época donde lo habitual era que las deliberaciones se prolongasen semanas.
Tres veces Papa
La historia de Benedicto IX comienza casi desde la niñez. Y es que este Papa alcanzó la silla de Pedro en 1032 con tan solo 13 o 14 años, convirtiéndose en el Pontífice más joven de la Iglesia. Lo logró gracias a que su padre, un noble de gran poder en Roma, sobornó a la Curia. Sin embargo, fue depuesto en 1044. Él no se resignó y con el apoyo de sus incondicionales recuperó el pontificado en 1045. Tan solo permaneció en el puesto dos meses, ya que prefirió vender su cargo al mejor postor -eclesiástico- para poder casarse. Por unas 1.500 libras de oro el arcipreste de Letrán, Giovanni Graciano Pierleoni, se convirtió en Gregorio VI. Sin embargo, Benedicto IX pronto se arrepintió de su vida alejada del poder y quiso volver a dirigir la Iglesia. Una parte de la Curia le reconoció su derecho, en parte por la oposición a las medidas tomadas por Gregorio VI respecto a la estructuración de la Curia. De esta forma, en 1047 Benedicto IX recuperó el pontificado por tercera y última vez. Pero no toda la jerarquía eclesiástica lo aceptó y fue obligado a renunciar definitivamente un año después.
Un Pontífice vetado
Normalmente el proceso de votación en un cónclave es relativamente sencillo e incluso hasta 1996 un cardenal podía ser elegido por aclamación sin necesidad de realizarse votación alguna. Sin embargo, el Derecho Canónico también contemplaba la posibilidad de vetar a un candidato. Así sucedió en el cónclave que en 1903 eligió a Pío X. El favorito de la Curia era el cardenal Mariano Rampolla, secretario de Estado del anterior Pontífice. Tras las primeras votaciones, Rampolla se quedó muy cerca de obtener la mayoría.
Fue entonces cuando el cardenal de Cracovia, en representación del emperador de Austria, invocó el 'Jus Exclusivae', es decir, vetó al purpurado favorito. Este derecho estaba reservado a los reyes de España, Francia y el Imperio austro-húngaro. A pesar del malestar que generó entre los electores, Rampolla fue descartado y la silla de Pedro recayó en Giuseppe Melchiorre Sarto (Pio X). El nuevo Pontífice eliminó el 'Jus Exclusivae' de la legislación vaticana.
Un Papa centenario
Según el Derecho Canónico cualquier fiel puede ser elegido Papa. El único requisito es ser nombrado obispo y, en caso de no serlo, puede ser ordenado inmediatamente. Tampoco hay límite de edad. De hecho, el Papa Agatón posee el récord de ser el Pontífice más anciano. Fue elegido a los cien años, solo uno después de haber tomado los hábitos. A pesar de su edad, tuvo tiempo de ejercer su ministerio durante tres años hasta que falleció en el año 681.
La Capilla Sixtina
La emblemática obra de arte de Miguel Ángel ha sido testigo de la elección de 24 papas. Sin embargo, no siempre la reunión más trascendental de la Iglesia se ha celebrado en tan incomparable marco. Otras salas del Vaticano o iglesias de Roma han acogido la reunión de los purpurados. En 28 ocasiones el cónclave se ha celebrado lejos de la ciudad eterna, la mayoría en enclaves italianos, pero también en Francia o Alemania. El último Papa en ser designado lejos de Roma fue Pío VII en Venecia. A partir de 1878 todos los cónclaves se han celebrado en la Capilla Sixtina, aunque no fue hasta el pontificado de Juan Pablo II cuando se estableció la obligatoriedad de celebrar el cónclave en tan maravillosa sala.