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Orban aleja todavía más a Hungría de la UE con una nueva reforma constitucional

VARSOVIA. Actualizado: Guardar
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El primer ministro de Hungría y líder del partido de derecha (Fidesz), Viktor Orban, ha dado un nuevo paso en el alejamiento político de su país de la Unión Europea (UE), al facilitar una cuarta reforma de la nueva Constitución contraria a los valores democráticos comunitarios. La Carta Magna, que fue aprobada gracias a la mayoría absoluta que el Fidesz ejerce en la Cámara baja y entró en vigor en 2012, defiende un nacionalismo húngaro excluyente, hace referencia explícita a la religión cristiana y pone trabas a otros cultos, consagra el revanchismo respecto de los antiguos dirigentes comunistas e imposibilita el aborto y el matrimonio homosexual. Además, reduce el número de diputados y fija una sola vuelta electoral, lo que favorece claramente a la derecha gobernante.

La Constitución consagra también que los puestos de responsabilidad en los aparatos del Estado en ámbitos como la economía, la Policía, la justicia, las fuerzas armadas y los medios públicos queden en manos de personas de la máxima confianza de Orban. La cuarta reforma aprobada por el Parlamento limita las competencias de la Corte Constitucional, que es uno de los principales controles democráticos del Estado, pone serias limitaciones a las campañas electorales en los medios privados y criminaliza y penaliza a los estratos más pobres de la sociedad, como las personas sin techo que viven en la calle. Con esta reforma, Orban, que no tiene en cuenta las críticas que su política genera en Hungría y en la UE, quiere dejar sin efecto las decisiones adoptadas por la Corte Constitucional contra algunas de sus medidas, como una ley que pretende controlar los medios de comunicación y la labor de los periodistas. El resultado de esta estrategia de Orban, que busca también competir en términos políticos y electorales con la poderosa extrema derecha representada por Jobbik es el aislamiento de Hungría y un país dividido entre partidarios y detractores del Gobierno conservador. La Comisión Europea recordó a Budapest que tiene que respetar sus «obligaciones legales» ante la UE, y así se lo hizo saber a Orban el pasado viernes el presidente de esta institución, José Manuel Durao Barroso. Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, expresó su «preocupación» por la deriva ultraconservadora de Hungría, y la portavoz de la diplomacia estadounidense, Victoria Nuland, advirtió que Orban «pone en peligro la independencia de las instituciones».