Otra oportunidad
Actualizado:Muchos recordarán la ristra de coches en la Avenida, otros estarían detrás del mostrador rascando una ganancia extra y habrá quien tenga en la memoria algún desvanecimiento por la impresión de ver a su ídolo plantado en el patio del colegio San Felipe. Alejandro Sanz, estrella de la música internacional, lleva casi una década sin ofrecer un concierto en la capital, por eso la parada en Cádiz de su gira ‘La música no se toca’ del próximo 6 de julio despierta grandes expectativas para fans y empresarios, para toda una ciudad poco acostumbrada a un cartel tan fulgurante.
Le concierne especialmente al organizador del evento, el Cádiz C. F., que con éste y otros dos festivales en el mismo mes, uno de pop español y otro latino, pretende dar vida a un estadio de primera que por ahora sólo se luce ante las aficiones futboleras de la 2ª B. Poco más se sabe de la cita de Sanz en el Carranza, ni siquiera la implicación del Ayuntamiento, dueño de la instalación. A priori, y a la espera de comprobar cómo se maneja la dirección del equipo amarillo en el desarrollo de conciertos, la noticia de que el de Alcalá de los Gazules regresa a casa en pleno tour, es excelente para la ciudad. Y lo es porque una vez pasado el Bicentenario, parecía que iba a quedarse huérfana de grandes actuaciones y nombres. Como ya se ha insistido en varias ocasiones, un paso atrás imperdonable para una capital de provincia que ya lleva dos años sin disfrutar del ‘Cádiz Latino’ (gusten o no, las figuras que traían eran de primer orden). Este vacío hace que la procedencia de la idea de traer a Sanz a Carranza, esto es, el Cádiz, resulte más llamativo si cabe. Por primera vez en mucho tiempo es la iniciativa privada la que promueve un macroconcierto en la ciudad.
Una oportunidad que tampoco debe ser aprovechada por las instituciones públicas para dejar de invertir en cultura para la ciudad. Y mucho menos después de que tantas veces se haya enarbolado su bandera como motor turístico de esta capital al que se le plantea otro reto el 6 de julio, el de las grandes citas. ¿Será capaz de albergar, sin sobresaltos, el evento?