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Economia

Hollande saca la tijera

París anuncia un recorte de otros 5.000 millones y por primera vez gastará menos en 2014 que en 2013

FERNANDO ITURRIBARRÍA CORRESPONSAL
PARÍS.Actualizado:

Hollande saca la tijera. Ha llegado François con la rebaja. La realidad manda y Bruselas ordena. El socialismo a la francesa se rinde a la evidencia. No basta con la subida de impuestos que ha convertido al país en un exportador de exiliados fiscales, con Gérard Dépardieu a la cabeza. Es imperioso recortar el gasto público. La vida en rosa está llena de espinas. Por primera vez en su historia reciente, Francia va a gastar menos en 2014 que en 2013. Ni siquiera el rigor contable del conservador Nicolas Sarkozy había llegado a tanto. La izquierda gala se autodisciplina para tranquilizar a la Comisión Europea (CE) con una nueva purga presupuestaria.

Todos los ministros tienen en la mesa desde el viernes la hoja de ruta al pragmatismo. Se la envió el jefe de Gobierno, Jean-Marc Ayrault, con una consigna de obligado cumplimiento: hay que buscar debajo de las piedras ministeriales 5.000 millones de euros. Es el esfuerzo adicional exigido para cumplir el objetivo de reducción del déficit en 2014. Se trata de situarlo al filo del 3% del producto interior bruto (PIB), con un año de retraso respecto a los precedentes compromisos. El deterioro de la situación económica impone nuevas medidas de ahorro.

«Es un esfuerzo que podemos perfectamente asumir», proclama un Hollande que desmiente toda voluntad de colocar a Francia bajo el yugo de la austeridad. «Eso sería amputar el poder adquisitivo, reducir el servicio público, suprimir prestaciones y en realidad debilitar el crecimiento. Yo lo que quiero es que haya actividad económica, crecimiento, y al mismo tiempo los esfuerzos necesarios para reducir el déficit», argumenta el presidente más impopular de la Quinta República en apenas diez meses de mandato bajo el fantasma de la recesión.

Los 5.000 millones de recorte se suman a la rebaja del 4% ya prevista en el Presupuesto trienal del Estado (2013-2015). La consecuencia es que el gasto público disminuirá en valor absoluto alrededor de 1.500 millones en 2014 y además se verá depreciado por la inflación. Lo nunca visto en Francia, donde el desembolso del Estado representará el 57% del PIB en 2013, según la CE. Es decir, nueve puntos por encima de la media en los otros 16 países de la zona euro. Muy lejos quedan las ilusiones de la campaña presidencial de hace un año cuando el candidato Hollande preveía dejar aumentar el gasto un uno por ciento más que la inflación cada ejercicio.

En su carta marco a los ministros, Ayrault reitera la voluntad francesa de restablecer el equilibrio de las cuestas públicas en 2017 por resultar «indispensable para restaurar nuestra capacidad de acción». El sacrificio adicional debe permitir al mismo tiempo financiar las medidas decididas para reforzar la competitividad de la segunda economía de la Eurozona y luchar contra el paro, que ha rebasado el listón psicológico del 10% (10,2 y 10,6 si se tienen en cuenta los territorios franceses en otros continentes).

París es consciente de que debe proseguir las reformas estructurales para hacerse merecedor de un respiro por parte de Bruselas. Por eso ya ni meter mano a las pensiones es tabú para la socialdemocracia gala. Se opuso con todas sus fuerzas en 2010 a la reforma de Sarkozy que aumentó a 62 años la edad de jubilación y a 67 el derecho a cobrar la pensión completa. Prometió que la echaría abajo al llegar al poder y una de sus primeras decisiones fue aprobar la jubilación a los 60 años para las carreras largas. Pero ahora el Gobierno admite barajar un incremento en la duración de las cotizaciones y hasta el sector más a la izquierda del Partido Socialista ha comenzado a cambiar el discurso. «Veo a gente que habrá pasado más tiempo en el retiro que en la vida activa y es una situación que no puede perdurar», ha admitido el diputado Henri Emmanuelli.