Retrato de Isabel I. / Archivo
'mundo british'

La historia de siempre

Profesores y expertos se dividen entre los que apoyan el nuevo planteamiento y quienes lo rechazan por "anglocéntrico", "tradicionalista" y "aburrido" para el alumno

MADRID Actualizado: Guardar
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Si José Ignacio Wert es de aquellos que creen en el "mal de muchos…", puede estar tranquilo. Un colega suyo lo está pasando tan mal como él a cuenta de otra reforma educativa. Y ni siquiera se trata de una reforma global del sistema, como en España. No: solo una asignatura es la que está creando esta gran controversia. El sufridor es el ministro británico de Educación, Michael Gove, y claro, la materia que le está dando semejantes dolores de cabeza es la de siempre: Historia. Y eso que Gove no ha proclamado que quiera 'britanizar' escoceses, al igual que nuestro ministro pretende 'españolizar' catalanes. El debate en Reino Unido está siendo muy de fondo, mucho más pedagógico que en España, y por eso, mucho más interesante.

Gove ha entrado de lleno en la cuestión que a día de hoy discuten miles de profesores de todo el mundo. ¿Es mejor aprender fechas de batallas y nombres de reyes o en cambio, resulta preferible dar al alumno una visión general de la Historia, poniendo el foco en cómo vivían, qué comían y de qué forma vestían en las diferentes épocas? A juicio de Gove, sin ninguna duda, hay que enseñar fechas de batallas y nombres de reyes, lo que implica cambiar todo el sistema sobre el que se sustenta la enseñanza de Historia en las aulas de los colegios británicos, basado actualmente en el otro postulado.

En septiembre del año, el primer ministro británico, David Cameron, acudió al show de Letterman (http://www.youtube.com/watch?v=pmoXSaXGRnw), uno de esos programas nocturnos de la televisión norteamericana en los que el interlocutor, sea un deportista o un político, no está ahí para contar nada especial, sino para dar espectáculo. Entre otras cuestiones de cultura general (de las que, con algún tropezón, Cameron salió más o menos airoso), Letterman le preguntó al inquilino de Downing Street 10 qué sabía de la Carta Magna promulgada en 1215 en 'Britannia', que defendía los derechos de los ciudadanos frente a la Corona. La respuesta del 'premier' dejó muchísimo que desear, y dio lugar a las chanzas del presentador, que se cebó en las lagunas de su entrevistado. Y aunque aquello parecía una simple broma, en las Islas saltaron todas las alarmas. Si David Cameron, un alumno de Eton (el colegio más pijo del Reino Unido) licenciado en Filosofía, Políticas y Económicas en Oxford (una de las mejores universidades británicas), era incapaz de responder a semejante pregunta, ¿qué nivel de Historia se estaría enseñando en las escuelas del país?

Pues Gove se puso manos a la obra para cambiar el modo en que se imparte Historia. Según explican desde el equipo del ministro, la Historia en Reino Unido es demasiado 'light'. Los libros se centran mucho en dos periodos brillantes, los Tudor y la Segunda Guerra Mundial (Henry y Hitler), abordados por el cine y las series hasta la extenuación, y abandonan otros más complicados de explicar, como la Revolución Gloriosa de 1688 o la Revolución Industrial. En resumen, ahora se tiende a destacar la parte más espectacular de la Historia y se abandona aquella más compleja, pero tan importante o más que la anterior.

El planteamiento de Gove es el siguiente: los alumnos aprenderán la historia cronológicamente. Así, los niños de Primaria estudiarán desde la Prehistoria hasta la Revolución Gloriosa y ya en secundaria, tendrán que aprender desde el Imperio Británico hasta la elección de Margaret Thatcher. El proyecto ha recibido importantes apoyos. Quince prestigiosos profesores e historiadores, entre los que se encuentran Antony Beevor, David Starker y Niall Ferguson, expresaron su satisfacción en una carta abierta publicada en 'The Times': "Igual que todos los alumnos deben conocer en profundidad nuestro idioma, el inglés, a ninguno de ellos se le debería negar la oportunidad de obtener un completo conocimiento de la riqueza de la Historia de nuestro país, tanto en sus dimensiones internas como externas".

Y aquí es donde aparecen las objeciones de los contrarios a la reforma, que aseguran que el nuevo plan educativo es 'anglocéntrico', 'altamente tradicionalista' y además, 'muy aburrido'. Anglocéntrico porque toda la Historia que se enseñará siempre tendrá la visión británica; por ejemplo, solo interesa Europa, o América, o China, en su relación con Reino Unido. Altamente tradicionalista porque se exaltarán los valores patrióticos. Así, el barón Robert Clive, que conquistó la India para los británicos, será considerado un héroe, pese al odio que aún se le profesa en el país asiático. Y aburrida porque, como se pregunta en 'The Guardian' el profesor Peter Mandler, presidente de la Real Sociedad de la Historia, "¿cómo le enseñas el concepto de civilización a un niño de seis años?". El debate sobre la Historia es la historia de siempre.