Un Pleno con déficit de calma
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El último Pleno municipal ordinario volvió a estar marcado por la bronca con varios de los asistentes –en esta ocasión inquilinos de las viviendas municipales– y el desalojo, por orden del alcalde, de todo el público que se encontraba asistiendo a la sesión, por los insultos que algunas personas profirieron presuntamente al equipo de Gobierno. Esta situación, lejos de ser la excepción, se está convirtiendo en una tónica habitual de los plenos, en la que cada parte debiera asumir su cuota de responsabilidad.
Los tres grupos políticos de la oposición –PSOE, IU e IP–, lamentaron «la falta de sensibilidad y el desprecio hacia la ciudadanía» que a su entender tuvieron PP y PA al desalojar el Pleno. Los portavoces, David De la Encina, Pepa Conde y Silvia Gómez, coincidieron en reprobar la actitud del regidor al ordenar el desalojo. «En un claro intento de imponer la política del miedo a quienes manifiestan su disconformidad. Pero lo más grave de ello es que el alcalde ha entrado en una dinámica peligrosa, dado que no es la primera vez que desaloja el salón plenario y parece que va a ser una rutina cada vez que algún ciudadano muestre su disconformidad con el Gobierno local». Tras el desalojo, el portavoz socialista, David de la Encina, señaló al alcalde que, atendiendo al artículo 77.6 del Reglamento Orgánico Municipal, tendría que haber convocado una junta de portavoces sobre la marcha para tomar esta decisión. A lo que el regidor replicó, que también el reglamento recoge que ha de adoptar medidas en casos de este tipo, al ser el máximo responsable del Pleno.
Visión muy distinta a la de la oposición fue la ofrecida por parte de la portavoz del Partido Popular, Patricia Ybarra, quien acusó a De la Encina de hacer una lectura «parcial y torticera» del Reglamento Orgánico Municipal para intentar achacar al alcalde-presidente una actitud «déspota».
El papel del secretario municipal
«Cuando el presidente está siempre asesorado en esta materia por el secretario general del Ayuntamiento, olvidándose, en todas las ocasiones el portavoz socialista, de aplicarse el mismo Reglamento o de leerlo al completo». Ybarra consideró que a la oposición no le valen «los plenos tranquilos» porque no desgastan al equipo de Gobierno. «Desgraciadamente, calentar al público e intentar hacer valer la libertad de expresión para insultar, achacar delitos y romper las reglas del juego del máximo órgano de representación municipal, es un panorama habitual», señaló. Asimismo, insistió en que «la oposición entiende que la armonía en las sesiones no les favorece para captar votos. Lo que no deja de demostrar, pleno tras pleno, una constante falta de argumentos por parte de estos grupos municipales».
La portavoz del PP concluyó que los grupos de la oposición, «en lugar de trabajar por ayudar a colectivos o personas que están pasando por una situación complicada», se limitan a usarlos «como arietes» contra el equipo de Gobierno. «Con estrategias chapuceras y que dejan patente lo orquestados de algunos movimientos».