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ESPAÑA

El PSC pisa otro charco al llevar a Bruselas el cese del fiscal de Cataluña

Los eurodiputados de Pere Navarro cuestionan que España cumpla con «los mínimos criterios europeos de independencia judicial»

P. DE LAS HERAS
BRUSELAS.Actualizado:

Son malos tiempos para las relaciones entre el PSOE y el PSC y las cosas no hacen sino empeorar. Alfredo Pérez Rubalcaba se desayunó ayer con un nuevo engorro en Bruselas, adonde acudió para participar en una jornada de los socialdemócratas sobre el fracaso de las políticas de austeridad en Europa: la carta de un grupo de eurodiputados catalanes, entre ellos los socialistas María Badía y Raimón Obiols, en la que se cuestiona ante la Comisión la integridad del sistema judicial español.

No es la primera vez que ocurre algo similar. El pasado octubre, María Badía dimitió como número dos de la delegación española en el grupo socialista después de haber suscrito, junto a parlamentarios de CiU y ERC, una misiva en la que pedían a la vicepresidente de la Comisión, Viviane Reding, que actuara frente a una supuestamente «posible intervención militar» española contra Cataluña. Aquel episodio provocó indignación en el PSOE y esta nueva carta también ha sido mal recibida.

En su nuevo escrito, Badía y Obiols, junto a Ramón Tremosa y Salvador Sedó, de CiU, Raúl Romeva, de ICV, y Ana Miranda, de ERC, «ponen al corriente» al ejecutivo europeo del «caso Rodríguez-Sol». El hasta ahora fiscal superior de Cataluña renunció el martes por las presiones del fiscal general del Estado, enfadado por su comprensión hacia la consulta de autodeterminación. Pero no dejan ahí la cosa. Preguntan a la Comisión «si cree que el Estado español cumple con los mínimos criterios europeos de independencia judicial». «Lo grave -se lamentan en la dirección de los socialistas europeos- no es ya la deslealtad implícita en este tipo de actuaciones sino la falta de inteligencia». Dicho de otro modo, lo que de verdad molesta es el daño que se hace desde le PSC a España, a la que se identifica, otra vez, con un país pseudodemocrático y falto de libertades. Que nacionalistas e independentistas traten de proyectar esa imagen entra dentro de lo previsible, pero no es comprensible, dicen, que los socialistas catalanes les hagan el caldo gordo.

Nueva gota

El incidente es una gota más en el capítulo de desencuentros que tiene su máximo exponente en la apuesta del PSC por eso que eufemísticamente llaman el «derecho a decidir», es decir, por su deseo de que Cataluña sea sujeto de soberanía al margen del resto de España. Una discrepancia de calado a la que muchos dirigentes socialistas no ven salida posible y que Rubalcaba pretende encauzar -hasta ahora sin conseguirlo- mediante el debate de una reforma constitucional.

Su oferta de diálogo no evitó que, por primera vez, los diputados del PSC votaran la semana pasada en el Congreso contra el criterio del PSOE. Y ha servido de poco para impedir que otra vez se instale en el partido una sensación de inestabilidad que Ferraz creía haber dejado atrás a finales de 2012, cuando acordó con sus 'barones' un calendario de actuación para todo 2013

La dirección del PSOE, en todo caso, ha decidido pasar por alto este asunto. Al menos, de momento. Y tampoco el PSC, que no vive precisamente un momento de gran cohesión interna, parece dispuesto a amonestar a sus europarlamentarios a pesar de que su líder, Pere Navarro, convino el miércoles en que las palabras pronunciadas por Martín Rodríguez-Sol no son propias de un fiscal.